Es cierto, las empresas de hoy necesitan ser adaptables, moverse rápido para competir en un mundo que se mueve también cada vez más rápido. Tenemos productos que sacar al mercado, ideas que debemos desarrollar antes que otro nos la gane y clientes para los cuales tenemos que encontrar la solución a sus problemas.
Tenemos que ser muy adaptables para mantenernos competitivos en un mercado sumamente cambiante.
Dentro de esta necesidad de emprender con miras a tener un producto exitoso se hace necesario que tengamos una organización que se anticipe a las necesidades de los clientes.
Esto ha llevado a que los emprendedores se alejen de las viejas estructuras corporativas, cuadradas y poco eficientes. Más bien queremos movernos de manera ágil y para esto necesitamos estructuras de negocio también ágiles y adaptables. Desafortunadamente, esto puede traer consigo algunas desventajas.
Es bastante común que la falta de experiencia termine ganándole al entusiasmo de los emprendedores y el nacimiento de una grandiosa idea puede llegar a perderse por la falta de una estructura, aunque sea mínima, que nos permita realizar acciones tangibles para concretar la idea de forma rentable en un tiempo razonable.
Vamos a enumerar cinco escenarios típicos que pueden provocar que fracase una empresa en su etapa de nacimiento:
1. Modificar constantemente el alcance o características de nuestro producto
Lo que es conocido como “scope creep” o corromper el alcance, se refiere a cuando nuestra idea inicial de producto o servicio la vamos modificando de forma constante y sin control.
Es el caso típico de aplicaciones o productos a los que se les van añadiendo funcionalidades hasta crear un ente sobrecargado y muy alejado del concepto que originalmente teníamos en la cabeza.
Si no crees que esto te puede llevar a la ruina estás muy equivocado. Es preferible acotar tu producto y sacarlo al mercado lo antes posible, antes que crear algo demasiado completo con la idea de darles gusto a todos tus posibles consumidores.
2. No tener una propuesta de valor clara
En mi trabajo con emprendedores este tema es una constante. En demasiadas ocasiones me encuentro con personas que “quieren poner un negocio” sin tener claro cuál es su producto y su diferenciador.
Tener una propuesta de valor clara y diferenciada es el elemento más importante para una startup. Debemos saber perfectamente cuáles son los beneficios de mi producto, qué problemas resuelve y exactamente a quién va dirigido.
¿Ya tienes bien clara tu propuesta de valor? Bien, ahora asegúrate que todo tu equipo la conozca y la entienda ya que de esta manera podrán compartir el entusiasmo de la idea y sabrán cual es la motivación principal de las actividades que están realizando. Si tu equipo se entusiasma por lo que están haciendo, seguramente tu propuesta de valor tiene algo de bueno.
3. No Priorizar las metas
Nunca me voy a cansar de hablar de lo importante que es tener metas bien definidas y claramente compartidas con el equipo de trabajo. Las metas son la brújula que guía todas las actividades que haremos a lo largo de la vida de nuestro emprendimiento.
Tener metas bien claras nos permitirá priorizar acciones y actividades, así como también nos permitirá tomar decisiones, no solo al líder sino a la gente que ejecuta las tareas.
4. No considerar los escenarios adversos
Siempre existe la posibilidad de que las cosas no salgan como nosotros esperamos, y en muchas ocasiones esto se debe a circunstancias externas sobre las que no tenemos control.
Existen muchos tipos de riesgos, desde la volatilidad de las condiciones financieras o fluctuaciones de precios, productos y competidores nuevos en el mercado o hasta catástrofes naturales.
Para prevenir estos escenarios lo primero que debemos hacer es detectarlos y después crear un plan de acción para mitigarlos o para enfrentar los riesgos que se hagan realidad.
5. No tener claro si el negocio me va a dar lo suficiente para justificar la inversión
Ya no digamos tener claro, a veces no tenemos ni una idea cercana de si mi negocio producirá los ingresos suficientes. Es muy importante conocer los costos de mi proyecto y no hacer meros cálculos al aire.
Dentro de este punto también se incluye el contar con un modelo de ingresos y rentabilidad previstos desde un inicio para no caer en el error de que ya tenemos un producto pero no sabemos por dónde llegarán los ingresos, esto se da mucho en soluciones digitales o servicios que no se venden de la forma tradicional.
Además de lo anterior también hay que considerar el costo de adquirir clientes, que no debe superar un porcentaje del monto total del precio del producto.
Y ante estos escenarios, ¿qué puedo hacer?
Existen algunas acciones que podemos comenzar a aplicar de inmediato. En mi experiencia con muchas empresas de reciente creación he visto que poner atención en lo siguiente ayuda a prevenir muchos de los problemas expuestos:
Identifica a un líder
Aun cuando queremos tener una estructura plana en donde todos participen y sean parte importante de la organización, es imprescindible identificar a un líder desde el inicio del proyecto el cual, entre otras atribuciones, tendrá como responsabilidad el encaminar al equipo para que se dirija a cumplir sus metas, así como también ayudará a mantener el enfoque y a dar prioridad a las actividades.
Planea para identificar costos y recursos necesarios
El proceso de planeación implica descomponer las actividades generales en segmentos donde se pueda identificar un costo individual, por ejemplo, en un desarrollo de software, llegar al nivel de conocer tareas con duración de una semana (o un día, dependiendo el tamaño del proyecto), de esta manera conocemos el costo por día de los desarrolladores involucrados y así podemos calcular un costo realista del proyecto total.
Comunicación
Mantener una buena comunicación dentro del equipo de trabajo es super importante. Sin llegar a extremos de hacer juntas cada tres días, el equipo en su totalidad debe reunirse periódicamente para llevar a cabo una revisión del estatus del proyecto, replanificar e identificar posibles escenarios adversos. Esto ayudará a tomar decisiones. En los esquemas de proyectos ágiles estas reuniones se realizan diariamente pero de una forma controlada y rápida que no quita tiempo a las actividades importantes.
Aprende de administración de proyectos
No necesitas contratar a un Project Manager para que te resuelva estos problemas. Existe una gran cantidad de recursos donde puedes aprender las mejores prácticas de administración de proyectos. De hecho tu como cabeza de empresa o como emprendedor o como CEO o como tomador de decisiones deberías conocer los fundamentos mínimos de administración de proyectos, estos conocimientos complementan las habilidades administrativas en general que cualquier emprendedor debe tener.
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