Carlos es un emprendedor social radicado en la Península de Yucatán, su empresa se llama Xcambó Project, ellos conectan a pequeños productores locales con consumidores de productos gourmet. Desarrollaron un modelo que potencia las habilidades administrativas, productivas y de comercialización para hombres y mujeres pertenecientes a la base de la pirámide. Los acompañan desde la concepción de un producto, o innovando el que ya tengan, hasta que este llegue al consumidor final.
Sus productos principales son: salsas picantes, mermeladas, miel orgánica y concentrados de sabores.
- ¿Cuándo fue la primera vez que escuchaste sobre emprendimiento social?
Fue durante un congreso en el año 2015, en ese entonces yo estaba aún muy metido en el desarrollo de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Dicho congreso era para generar recursos propios dentro de las OSC y generar sostenibilidad; se buscaba que operáramos sin donativos. Era un concepto innovador para mí.
- Muchos preferirían maximizar las ganancias de sus productos. ¿Por qué para ti es tan importante que Xcambó sea una empresa social? ¿Desde cuándo decidiste manejarlo de este modo?
Xcambó inicia como un proyecto dentro de una ONG; nació con principios de desarrollo comunitario, empoderamiento rural, buscando generar un cambio positivo en la sociedad. Siempre tuvimos la ambición de hacer algo distinto, empresas tradicionales ya hay muchas, nosotros queríamos hacer algo totalmente diferente, algo que trascienda y poner nuestro granito de arena para mejorar nuestra sociedad.
- ¿Cuándo inicio el punto de crecimiento de Xcambó? ¿en qué momento te diste cuenta que ibas por el camino correcto?
El punto de explosión digamos, fue cuando empezamos a voltear hacia otros lados y ver que se estaba haciendo en emprendimiento social. En Yucatán no había ningún programa especializado en empresas sociales y prácticamente nadie hablaba de ellas, así que decidimos empezar a aplicar a convocatorias fuera de Mérida.
El momento en que verdaderamente arrancó Xcambó fue en 2016, cuando tuvimos la oportunidad de entrar al Instituto Irrazonable, tomamos mayor forma al empezar a conocer mentores y poner en práctica lo aprendido. Dentro del Instituto Irrazonable también nos hicieron una nota en la Revista Entrepreneur. El acceso a la difusión en los medios nos ayudó mucho, pues fuimos invitados a dar pláticas y exponer nuestro trabajo dentro y fuera de México. A partir de ahí también tuvimos la oportunidad de vender nuestros productos a hoteles, como la cadena de Hoteles Misión.
- Menciona empresas/emprendedores sociales mexicanos que admires.
Mis referentes son Gabriela Enrigue, de Prospera y Adriana Aguerrebere, fundadora de Impacto muy famosa con el ya tan arraigado #Viernestradicional. Además, tengo la fortuna de poder considerarlas mentoras, pues conocen a fondo Xcambó y los consejos que nos han dado son de mucho valor.
- Háblanos del modelo de Franquicia Local que manejan en Xcambó, con las comunidades productoras. ¿De qué se trata?
El modelo que hemos utilizado para replicar nuestro trabajo en Xcambó, ha sido el de trasladar nuestro know-how de cómo estandarizar procesos productivos comunitarios a diferentes productos o unidades productivas. Empezamos con un grupo productor, ellos producían para el autoconsumo, los impulsamos y ahora presentan el producto final ya empacado, etiquetado y listo para la distribución. Con altos estándares de calidad. Al tener todo listo con estos primeros productores, fuimos trasladando el proceso a otros productos, ya hoy trabajamos con siete productos diferentes. Se busca alcanzar, mediante la integración de los grupos productores, la producción de los volúmenes necesarios para entregar el producto final a los clientes.
- ¿Cómo surgió Xcambó? ¿Cuál fue la oportunidad que viste en la agroindustria? ¿Cómo fue el primer acercamiento con las comunidades productoras con las que trabajan?
La OSC de la que surge Xcambó se dedica desde hace doce años al empoderamiento de la mujer en temas relacionados a derechos humanos e igualdad de género principalmente en zonas rurales. Sin embargo, nos dimos cuenta de que hacía falta algo para que las mujeres tuvieran mejores elementos para romper los círculos de violencia en los que se encuentran, y es entonces cuando empezamos a voltear hacia los proyectos productivos. Uno de los proyectos que manejamos para romper el ciclo de violencia familiar mediante el trabajo de la mujer en el campo, fue la creación de huertos y gallineros de traspatio. De igual manera, fungimos como mediadores para la venta de la producción, ya que el problema del pequeño productor yucateco es la inhabilidad de vender su producción a precios justos. Al unir estos dos cabos surgió Xcambó.
- ¿Qué tanto conocimiento consideras que alguien deba tener en área en el que se va a desarrollar profesionalmente? ¿eres más de analizarlo o de ir con tus instintos?
Depende de la industria. Yo estudié negocios internacionales y trabajé en OSCs. Además, estudié dirección de las OSC, seguridad alimentaria y elaboración de proyectos sociales y comunitarios. Así que en mi caso fue una mezcla entre educación formal y trabajo de campo empírico. Soy muy partidario del alcance que tenemos de la información a través de Internet, hay que prepararnos para el futuro, no solo para el presente y el Internet es la herramienta perfecta.
- ¿Libro-podcast o videos que recomiendes (Puede ser referente a cualquier rama)?
Sigo mucho los cursos de Domestika. Ahorita estoy muy enfocado a aprender temas relacionados a tecnología y diseño de aplicaciones. También veo muchas Ted Talks, tengo la aplicación en el celular y cada vez que tengo tiempo libre le pongo la opción de “sorpréndeme” para ver sugerencias. En este momento estoy leyendo un libro que se llama “The Creator’s Code: The Six Essential Skills of Extraordinary Entrepreneurs” por Amy Wilkinson.