Además de las graves afectaciones medioambientales y económicas, el desperdicio de alimentos es uno de los principales factores que aceleran el cambio climático.
Los datos son tan alarmantes como que el 37% de los alimentos que se producen en México se desperdician, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Al ser más de una tercera parte de los alimentos la que se pierde, no solo en México, sino a nivel mundial, las repercusiones que esto ocasiona en los ecosistemas pueden ser más graves de lo que pensamos. La pérdida de comida se ha convertido en más que un problema social, es ahora también una crisis ambiental.
Desperdiciar alimentos es perder recursos y energía
Cuando se sobre produce comida, también se hace uso de muchos otros recursos naturales y de energía que podrían ser aprovechamos mucho más eficientemente. Además, si los restos de comida terminan directamente en los vertederos de basura para luego ser incinerados, se generan grandes cantidades de gas metano y de efecto invernadero que ocasionan afectaciones series en la capa de ozono.
El desperdicio de alimento genera en un año el gas de efecto invernadero equivalente al que producen 37 millones de automóviles (World Wild Life)
Cada residuo de comida que no es aprovechado genera una huella de carbono y entre más avanza a través de la cadena productiva, esta huella aumenta significativamente.
La huella de carbono sirve como parámetro para me dir la cantidad de gases de efecto invernadero y CO2 que los alimentos generan en cada uno de los puntos de los canales de comercialización (producción, transportación, preparación, etc) y hasta llegar al consumidor final o si esta se descompone antes de consumir.
La carne es el alimento que produce más gases de efecto invernadero y CO2, ya que requiere para su producción mayor cantidad de agua y otros recursos naturales, además de que se necesita una mayor extensión de terreno.
El 37% del total de toda la comida que se pierde durante el proceso ocurre en la etapa de consumo (FAO), por ende es esta fase en donde más contaminación estamos generando por el descuido de nuestras acciones.
Para evitar generar contaminación a consecuencia del desperdicio de alimentos lo mejor es prevenir desde la fuente de la cadena, es decir, cuidar la cantidad de alimento que producimos, compramos, consumimos y qué tanto de esto conseguiremos aprovechar eficientemente.
Si en cada proceso logramos ser cuidadosos con nuestros consumos, el efecto acumulativo a través de la cadena productiva puede disminuir considerablemente
¿Qué podemos hacer desde casa para reducir la pérdida de alimentos y la generación de CO2?
- –Planifica semanalmente las comidas
- –Haz una lista antes de ir al super
- –Almacena adecuadamente los alimentos
- –Revisa fechas de caducidad
- –Reaprovecha alimentos para otra comida
Juntos podemos evitar que millones de toneladas más de gases tóxicos para la capa de ozono terminen en la atmósfera y agraven la problemática del cambio climático.
Si tienes una solución que pueda contribuir a revertir esta problemática, te invitamos a participar con un idea en etapa prototipo en #SinDesperdicioMéxico, una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo y Socialab.