La capa de ozono, qué decir de la importancia de esta burbuja vital que no se haya dicho antes: es nuestro gran tanque de oxígeno y nuestro bloqueador solar natural, es decir, de ella obtenemos los recursos y la protección sin los que no podríamos estar ni un minuto vivos. A pesar de ello, la acción humana la ha afectado a tal grado que su protección ahora es una necesidad urgente.
El ozono se encuentra de forma natural en la atmósfera, es la capa que rodea a la tierra y funciona, entre otras cosas, como filtro para los rayos ultravioleta provenientes del sol.
La reducción de los porcentajes de ozono repercute directamente en la salud de las personas: al perder protección contra los rayos UV, se incrementan los padecimientos de cáncer en la piel. Además, estamos mucho más expuestos a enfermedades respiratorias y problemas oculares.
La ONU estima que antes del año 2000, más del 10% de la capa de ozono había desaparecido. Afortunadamente, a partir de esa fecha los esfuerzos por fomentar su conservación aumentaron, y ha sido posible restaurar una mínima parte de los efectos negativos provocados.
Daños en la naturaleza
En los ecosistemas naturales las consecuencias se reflejan en la pérdida de diversidad de plantas y animales, las especies son afectadas en gran medida por los cambios radicales en las temperaturas de sus hábitats.
Este año hemos estados rodeados de noticias referentes a los incendios en el Amazonas, y resulta relevante mencionar esto ahora, pues el aumento en la frecuencia y magnitud de los incendios forestales también se relaciona con los daños que ha sufrido la capa de ozono, y con ello, acelerado el cambio climático, principalmente por la erosión de los suelos y la reducción considerable de los filtros solares.
Sin embargo, aún puede ser momento de revertir la situación, existen acciones individuales con las que podemos contribuir a detener el daño y a generar impacto positivo en la naturaleza.
A Continuación algunos emprendimientos sociales que ofrecen alternativas para reducir los efectos de nuestras acciones en el ecosistema.
1- Recurre a fuentes de energía alternativa: hoy en día tenemos opciones para generar energía limpia.
Empresa sociales:
Eco Wave Power: utiliza la fuerza de las olas del mar para producir energía
Sistema.bio: genera energía eléctrica con desechos y apoya a pequeños productores.
Ilumexico: además de generar energía limpia, lleva luz eléctrica a comunidades donde se necesita.
Inventive power: energía gracias a la utilización de paneles solares
También puedes ayudar utilizando focos ahorradores o recurriendo a la iluminación LED.
2- Utiliza otros medios de transporte: en las ciudades, más del 55% del CO2 se genera por vehículos particulares y de transporte público según la Organización Mundial de la Salud. Es momento de elegir medios para trasladarnos que sean amables con el medio ambiente.
Empresa sociales:
Econduce: renta de scooters eléctricos.
Awto: servicio de autos compartidos para ayudar a reducir la contaminación y el tráfico.
Comsustenta: desarrolla estaciones de servicio que abastecen gas natural vehicular (GNV), un combustible que puede reducir la emisiones de monóxido de carbono
3- Reduce y reutiliza plástico: fabricar plástico requiere elementos químicos que al ser procesados, generan gases nocivos para la atmósfera. Además mucho de este material es quemado o termina en los océanos:
Empresas sociales:
Ecoalf: esta empresa utiliza desechos recuperados de los océanos para fabricar prendas de vestir.
Fairphone: un teléfono inteligente hecho de partes recicladas
Sorbos: popotes biodegradables y comestibles.
Siempre hay algo que podemos hacer para producir un impacto positivo, pequeñas acciones en nuestros hábitos pueden, en conjunto, producir grandes cambios.