Ser resilientes se queda corto ante una característica milenaria para la supervivencia y prosperidad de los negocios: la Reinvención.
¡Wow, qué año ha sido para el emprendimiento! El que de por sí es un deporte extremo bajo condiciones normales, a partir del inicio de la pandemia se ha convertido en una disciplina “sólo apta para cardiacos”. Ya se ha hablado y escrito suficiente sobre los efectos de la crisis en los negocios y emprendedores, por lo que no pretendo profundizar más en esta. Sin embargo, lo que sí capta mi interés es lo que varios emprendedores han hecho para ir más allá y sortear los retos de este último año.
En los inicios de la crisis, cuando todos creímos esta sería era algo pasajero, la palabra clave era “Resiliencia”: la capacidad de adaptarnos y no ceder ante la presión. Sin duda una característica clave para cualquiera que quiera emprender o tenga un negocio en tiempos difíciles.
No obstante, al ver que la crisis actual se prolonga cada vez más, – y cuando la única certeza es que las cosas no volverán a ser lo que eran antes (al menos no al 100% en mi opinión)-, ser resilientes se queda corto ante una característica milenaria para la supervivencia y prosperidad de los negocios: es momento de ir de la Resiliencia a la Reinvención.
He de decir que tengo un sesgo de preferencia personal; yo le voy a quienes no se rinden, a quienes no se cruzan de brazos esperando a que alguien venga a salvarles. A mí me gustan las historias de aquellas personas que ante la adversidad construyen su propia realidad tirando siempre “pa’lante”.
Este último año me ha encantado ver gente fregona que, ante los momentos más difíciles en su negocio, ha decidido optar por la transformación radical, incluso en más de una ocasión.
Y es que si algo he aprendido en el mundo del emprendimiento en los ocho años que llevo aprendiendo, trabajando y emprendiendo, es que la completa comodidad lleva a la muerte; aferrarse al “así no eran las cosas antes” es una de las principales recetas del fracaso, más aún en un mundo que cambia a pasos acelerados.
Como siempre, la mejor forma de aprender las bases sobre algo, es observando a quienes ya lo están haciendo y lo están haciendo bien. Por eso es que quisiera aprovechar el espacio que tengo en esa columna para destacar un par de empresas que desde mi punto de vista han tenido increíbles procesos de reinvención en estos meses de crisis.
PIXZA, reinventarse para potenciar a la comunidad
Si te pregunto cuáles han sido las industrias más afectadas por el COVID-19 sin duda todos coincidirías en que los restaurantes la han tenido muy difícil. Cuando todo tu modelo es puesto “en jaque” debido a las restricciones no tienes opción, te reinventas o te mueres.
Por eso es tan interesante y valioso lo que ha hecho la pizzería con causa PIXZA quienes no se han dejado vencer y han encontrado nuevas maneras de seguir con su propósito.
Al juntar varios problemas a los que se enfrentaba, Alex Souza, fundador de la marca, vio la oportunidad de reinventarse. Por un lado, la incapacidad de recibir comensales en sus sucursales, por otro, la limitación de llegar a otras urbes con un modelo tradicional (hoy sólo tienen sucursales en la CDMX), y finalmente, una enorme cantidad de gente que ha perdido su trabajo en este año.
De esta forma, es que PIXZA creó su modelo de “Multiplicadores de Impacto”, una red que literalmente permite que cualquiera pueda sumarse a la familia PIXZA ayudando a las personas que necesitan generar un ingreso extra, mientras que impulsan a la empresa a expandir su modelo de negocio y alcance a toda la república.
Aprendiendo de otras industrias, el equipo de PIXZA pensó que, si los comensales no pueden venir al restaurante, el restaurante tiene que ir a ellos por lo que ahora, cualquier persona puede sumarse como distribuidor y vender las “pixzas” a sus familiares y amigos.
He de decir que dentro de todos los esfuerzos que hemos visto de la industria restaurantera, este sin duda es el que para mí se lleva las palmas, ¿empoderar a tu comunidad para llevar adelante tu negocio? Simplemente genial.
Por cierto, si estás buscando oportunidades de emprendimiento este año, ¿por qué no comienzas sumándote a la comunidad de “multiplicadores de impacto” de PIXZA? Checa acá la información aquí.
PYMO, reinventarte con base en tus habilidades
Andrea Hernández, Fernanda Silva y Paola Hernández, quienes comenzaron con un blog y muchas ganas de ayudar durante el terremoto de la CDMX en 2017, han pasado ya por varios niveles de evolución Pokémon desde su creación. Pero fue a raíz de la pandemia que encontraron su última forma, y ahora son más poderosas que nunca.
Después de intentar ser una agencia de proyectos de impacto y una plataforma de crowdfunding, PYMO decidió en 2020 que el mejor uso de sus habilidades es puesto a la práctica en la creación de una plataforma que permite a Pequeñas y Medianas Organizaciones (PYMO, duh), recibir el financiamiento que necesitan. Al mismo tiempo, las grandes empresas o personas que quieren ayudar a una causa, encuentran un aliado que les simplifica todo el proceso de donación, aporte y apoyo, mientras obtienen información clara y transparente sobre el uso de sus recursos.
Con esta reinvención PYMO permite que cada quien se enfoque en lo que es bueno: las organizaciones no se rompen la cabeza con fondos y las empresas maximizan el impacto de su trabajo, una fórmula que ha probado ser tan efectiva que han recaudado más de 20 millones de pesos en un año, permitiendo apoyar directamente a hospitales con equipo médico para atender a víctimas del COVID-19, y ofreciendo alimentos para familias vulnerables que perdieron su empleo durante la crisis, entre otras causas.
Fer, Andi y Paola tardaron varios años en encontrar donde podrían maximizar el impacto de sus habilidades, pero manteniendo claro su propósito de “maximizar la solidaridad” en tiempos de crisis, finalmente, encontraron la manera correcta.
¿Qué vas a hacer tú para reinventarte?
Me encantan estos dos ejemplos, ya que nos enseñan que realmente en los momentos más difíciles, los verdaderos emprendedores, en lugar de debilitarse o irse a esconder, deben echar todas las carnes al asador, incluso si eso incluye reinventar el negocio por completo.
Hay muy pocas certezas para lo que viene adelante con esta crisis, pero una que me queda clarísima, es que la única forma hacia adelante, es encontrando dentro de nosotros y nuestras empresas, la forma de aprovechar nuestras fortalezas, y usarlas como base para la evolución.
Cuéntame, ¿qué harás tú este año para reinventarte?
Este artículo fue publicado originalmente en Entrepreneur, puedes leerlo aquí.