Combinar la capacidad de ideación de los estudiantes en las universidades con las posibilidades de ejecución de las empresas puede ser ese game changer que hemos estado buscando.
Trabajar con estudiantes, no solo te contagia de sangre nueva, también te llena de nuevas emociones. Este año el equipo de Disruptivo.tv lo vivimos en carne propia, ya que decidimos trabajar como cliente de la materia de Diseño 8 en de la Ibero, que mezcla a los alumnos de los 4 Diseños: Interactivo, Industrial, Gráfico y Textil.
Los alumnos próximos a graduarse tienen el reto de resolver el problema de un cliente con base en investigaciones profundas de usuario, prototipado rápido y diseño de producto.
Usando metodologías aprendidas en toda la carrera de diseño centrado en el usuario, desarrollan nuevos acercamientos y escenarios para resolver los problemas que el cliente, de cualquier industria, pueda tener.
Así los estudiantes en las universidades se vuelven esos ojos que nos gustaría tener en las empresas: llenos de curiosidad se lanzan a cualquier ecosistema a entrevistar a desconocidos y encontrar las razones de sus miedos y alegrías. Como cualquier investigador, desarrollan hipótesis, platican con personas para validar y desarrollar un producto el cual prueban con el usuario para asegurarse que genera algún valor.
En nuestro caso, planteamos el reto de ¿cómo hacer llegar a más personas el emprendimiento social?, pues estamos seguros que podemos resolver grandes cambios en la sociedad a través de negocios que generen un impacto.
Los diseñadores presentaron proyectos retadores que cuestionaron nuestro mercado meta para desarrollar el emprendimiento social. Unos propusieron estrategias para dirigirnos a las generaciones que vienen con fuerza como los Centennials, mientras otros nos abrieron los ojos sobre las oportunidades que ofrecen la Generación X y los Baby Boomers.
Uno de los equipos creó un concepto completamente nuevo sobre un evento de emprendimiento social para llegar a gente como nunca antes, mientras que otros nos hicieron imaginar el convertirnos en un espacio físico y salir de lo digital para cultivar y crear ideas entre potenciales emprendedores.
Otro de los equipos participantes dedicó sus esfuerzos a escribir un libro -que está muy cerca de ser publicado- con el objetivo de que sus propuestas e ideas tengan mayor alcance entre la sociedad. Todo esto los estudiantes lo realizan con tres herramientas básicas: hipótesis, investigación y diseño.
Los alumnos en las universidades poco se pueden imaginar hoy, del potencial de sus proyectos… al fin y al cabo están por salir al mundo laboral a perseguir nuevos sueños y cumplir expectativas. Pero los resultados entregados por los futuros diseñadores fueron deslumbrantes y pueden llegar a cambiarnos la jugada. Sí, son innovadores y hay oportunidad de redefinir el camino de las empresas para bien, en muchos aspectos.
La innovación desde las universidades
El reto más grande de la innovación es querer llevarla a cabo y estar dispuestos a cambiar internamente para convertir las ideas en realidad, es un concepto que a todos nos hace retumbar y emocionarnos. Todos queremos ser innovadores para llegar a ser parte de las grandes empresas que todos aman.
“La Innovación es una forma útil y exitosa de cambiar algo”, dice Rich Miller, estratega de Sillicon Valley, yo agregaría que si bien toda innovación provoca un cambio, para generarlo tenemos que estar dispuestos a dirigir a toda la organización hacia esa nueva forma de hacer las cosas.
Hace siete 7 años que salí de la universidad, no es mucho, pero el shock es más fuerte entre más años pasan…Sin importar cuánto tiempo pase, le tengo demasiado cariño a mi Alma Máter y a la facultad de Diseño de la Universidad Iberoamericana porque estoy segura que fueron clave para desarrollar en mí una curiosidad especial y entrega por el buen diseño, para las personas y para nuestro planeta.
Invito a todos a colaborar con universidades, pero no únicamente para aplaudir y emocionarnos sobre lo maravilloso de los proyectos, sino para construir capacidades de innovación que nos permitan revisar las estrategias planteadas por los alumnos, generar un equipo invitándolos a participar en la organización y establecer un tiempo para la ejecución. Los proyectos universitarios inyectan sangre nueva a las empresas y es nuestra obligación hacerla correr.