Pixza es una empresa que ofrece un platillo innovador que fomenta el consumo de productos nacionales, mientras trabaja para impactar positivamente a jóvenes en situación vulnerable.
Como restaurante, Pixza, es una pizzería que elabora sus alimentos con ingredientes 100% mexicanos. La base de sus pixzas es masa elaborada con maíz azul, que combinan con platillos típicos como carne al pastor, mole, chorizo, mixiote, cochinita pibil ¡y hasta chapulines!.
Programa de emprendimiento profundo
Por cada pizza que es comprada en sus establecimientos, otra se entrega a un joven en situación de calle.
Para jóvenes que atraviesan situaciones de abandono social, recibir este alimento es sólo el inicio de un camino que puede llevarlos a cambiar su vida, ya que detrás de la primera pixza se esconde un programa completo que tiene como misión la reinserción social y económicamente productiva de estos jóvenes.
Ruta del cambio
Al recibir la primera pixza el beneficiario inicia un viaje en el que obtendrá hasta 5 pixzas; después de la última este joven es invitado a iniciar un proceso de reinserción social, que puede culminar en una oferta formal de empleo dentro de la pizzería.
El primer paso de la reinserción social es ofrecer un servicio a la comunidad. Este voluntariado tiene como objetivo que los jóvenes se relacionen nuevamente con sus comunidades: “Aprender a dar y no sólo recibir”, como señaló Alejandro Souza, fundador de Pixza.
El siguiente paso es el proceso de rehumanización: los jóvenes reciben un baño, un corte de cabello y una camiseta; además se les brinda un diagnóstico médico y cursos de habilidades de vida.
Trabajo formal en Pixza
Concluido el voluntariado, los jóvenes reciben una oferta formal de empleo en Pixza. Es entonces cuando inicia oficialmente el programa con la meta de empoderar y retornar dignidad a un sector de la población que no ha tenido la oportunidad de incluirse en entornos sociales, laborales y económicos.
La primera parte en este proceso tiene una duración de seis meses, durante los cuales el desempeño de estos jóvenes es evaluado y les abre la puerta a ascender de puesto y conseguir un salario mejor.
Después de los primeros seis meses trabajando en Pixza, estos nuevos empleados formales reciben cursos para incentivarlos a plantear su plan de vida.
Durante cuatro meses continúan con este proceso de desarrollo personal a futuro, que nuevamente concluye con una evaluación de resultados y el siguiente paso para crecer laboralmente en la empresa.
Vida independiente
En este punto en la ruta del cambio, los jóvenes antes en situación de abandono total, ahora pueden pensar en independizarse completamente. Los cursos que reciben en esta etapa ahora van dirigidos a la educación y cultura financiera: los costos de vivir solo.
En la parte final de este proceso que en total conlleva 18 meses, el objetivo es llevarlos a que encuentren y se enfoquen en sus metas personales. Se les ofrece ahora la oportunidad de integrarse a cursos prácticos, como gastronomía computación, etc.
Dentro de la organización, el joven que presentaba rezago social, ahora puede ser el principal encargado de una sucursal de Pixza, y posee herramientas profesionales que le permitirán integrarse en nuevas áreas de acuerdo a sus áreas de interés.
En tres años y medio 48 jóvenes se graduaron del programa, 6 de ellos lograron la vida independiente.
Pixza es mucho más que un pizzería experimental apoyando la producción y consumo de alimentos nacionales, esta organización es para muchas personas una verdadera oportunidad de comenzar de nuevo.
Puedes escuchar más sobre Pixza en el podcast no. 108 de Disruptivo.tv