Desde hace 115 años, PepsiCo forma parte de la vida diaria en México. No solo llegan a millones de hogares con productos como Sabritas, Gamesa y Quaker, sino que, a lo largo de los años, han construido un modelo que realmente toca a las comunidades y transforma realidades.
Lo que diferencia a PepsiCo es su capacidad para estar presente en donde realmente importa. Hoy, la compañía cuenta con más de 300 Centros de Distribución (CEDIS) a lo largo del país. Lo más especial es que, en cada entrada de estos centros, el equipo recibe productos y donaciones para armar despensas, demostrando que cada punto logístico es también una puerta abierta para ayudar.
Foto: Alondra Bautista
Donar, sumar y multiplicar el impacto
En sus 13 años de historia, la Fundación PepsiCo México ha invertido ya 28 millones de dólares en proyectos sociales a nivel nacional. Eso se traduce en millones de personas beneficiadas y en una red de colaboración con organizaciones como la Red de Bancos de Alimentos de México (BAMX).
En su último evento, PepsiCo anunció una nueva donación de más de 6 millones de pesos para fortalecer la labor de BAMX en la región Bajío, llevando apoyo directo a quienes más lo necesitan.
Voluntariado que transforma
En 2024, las personas que colaboran en PepsiCo dedicaron 75,000 horas al voluntariado, participando en 1,300 actividades solo en la región centro. Cada hora es una historia de impacto: son familias, amigas y aliados sumando esfuerzo y tiempo para cambiar vidas. Este voluntariado es parte esencial de su cultura y una inspiración para cualquier empresa o emprendimiento.
Seguridad y desarrollo
En el corazón de todas estas acciones está la convicción de que la comida significa mucho más que satisfacer el hambre. Para PepsiCo, los alimentos representan seguridad física y psicológica, y también una plataforma para el desarrollo físico, personal e intelectual. Su lema lo resume: La comida es bienestar y futuro para las personas.
Acciones que marcan la diferencia
- En cada CEDI se reciben productos para despensas, creando una red nacional de apoyo.
- Inversiones millonarias en proyectos sociales y alianzas estratégicas con organizaciones de impacto.
- Programas y voluntariado que no solo entregan alimentos, sino también educación, salud y nuevas oportunidades para el crecimiento de comunidades.
Foto: Alondra Bautista
Lo que puede aprender cualquier persona emprendedora
- Tu negocio puede convertirse en un punto de encuentro para ayudar a tu comunidad.
- Motiva a tu equipo y clientela a participar en actividades de voluntariado: el cambio empieza desde adentro.
- El impacto se multiplica cuando sumas aliados y buscas que cada acción sume valor real, no solo para la empresa, sino para quienes te rodean.
Un llamado a construir bienestar juntos
La historia de PepsiCo en México es prueba de que el impacto social no es cuestión de tamaño, sino de compromiso. Tanto grandes empresas como pequeños negocios pueden ser agentes de cambio si ponen a las personas y las comunidades al centro de su modelo.