Rompe el mito, emprende ahora

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La ola de emprendimiento social que estamos viviendo ahora es, en parte, el resultado de “no esperar que el gobierno lo haga por ti”. Una idea que seguramente hemos escuchado muchas veces e incluso ahora nosotros mismos repetimos en nuestra mente y en nuestro círculo social.

Yo también “compré” esta idea de que debemos ponernos a trabajar y buscar soluciones y no esperar que el gobierno arregle las cosas por nosotros. Es cierto, hasta cierto punto es cierto, pero lo que no estamos viendo es que esta idea también puede llevarnos al exceso de olvidar que el gobierno tiene enormes responsabilidades. ¡Claro, los gobernantes sí tienen que hacer algo, no sólo nosotros!

Curiosamente a los gobiernos les ha convenido impulsar esta idea. En muchos países, después de la crisis financiera de 2008/2009 se ha impulsado la idea de ser austeros, es decir, gastar menos para ahorrar recursos del gobierno y no afectar más a la economía. Sin embargo, estos recortes han golpeado programas sociales y culturales que ahora el gobierno espera que sean cubiertos por las empresas sociales, ONGs y otros del sector social y privado.

Pongamos un ejemplo.

Si en mi colonia hay un parque que está en total abandono, lleno de basura y con espacios que generan más perjuicio que beneficio, tengo dos opciones: a) llamo al gobierno municipal para que lo resuelva y, si no me hace caso, hago presión con mis vecinos para que suceda, o b) pongo de acuerdo a mis vecinos para que lo hagamos juntos con nuestros recursos (tiempo, mano de obra y claro, dinero).

Siguiendo mi espíritu de emprendimiento social debería tomar la segunda opción, ¿no? Y claro, está bien. No voy a mentir, tiene sus propios puntos a favor, pero ¿no se supone que ya sostengo a una estructura (gobierno) que por ley tiene esa responsabilidad?

¡¿Por qué tengo que desgastarme haciendo un proyecto, lanzando una campaña de crowdfunding y sudando la gota gorda cuando se supone que ya estoy contribuyendo a esa solución siendo un buen ciudadano que vota y paga impuestos?!

Ojo, no con esto estoy diciendo que los proyectos que se parecen a la opción b de este ejemplo sean malos, es más, poner manos a la obra por nosotros mismos tiene también enormes beneficios y un componente de responsabilidad. Lo que quiero poner sobre la mesa es que no excusemos al gobierno de hacer lo que le toca.

Yo propongo que cambiemos un poco la frase para que diga algo como: exige que el gobierno lo resuelva y, además, toma la acción que está en tus manos para alcanzar los resultados. Es decir, haz los dos.

La idea de este artículo es, a fin de cuentas, reflexionar que como ciudadanos tenemos el derecho a tener servicios públicos de calidad y el derecho de exigirlos a nuestras autoridades. No las dejemos descansar tranquilas en su excusa de que “si al final les urge van a buscar cómo resolverse el problema por ellos mismos”.

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