La diversidad como un activo en las organizaciones

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El porteño Gabriel Marcolongo cuenta con un amplio historial, tanto académico como profesional, que le ha provisto las bases para buscar la solución a un problema que su familia enfrentó en la década de los noventas

En aquella época su padre, un economista empleado del Banco Central de Argentina que contaba con años de experiencia y posgrados que lo validaban, perdió su empleo y su circunstancia no fue nada sencilla al momento de buscar colocarse nuevamente. 

Esta situación desestabilizó la economía familiar pero también les enseñó a no tomar las cosas por sentado, a identificar nuevas oportunidades, saber arriesgar y a no dejar de esforzarse por salir adelante.   

El empujón que le hacía falta

Antes de ser emprendedor, Gabriel pasó cerca de 10 años desarrollándose en el sector de consumo masivo argentino, en los departamentos de tecnología, telecomunicaciones e inteligencia de empresas como Bayer Ceitech, Gillete y Procter & Gamble.   

La experiencia que vivió como adolescente junto a su familia y las alarmantes cifras que muestran que en Latinoamérica 3 de cada 4 personas con discapacidad se encuentran desempleadas, lo llevaron a tomar la decisión de dejar la comodidad de su trabajo y generar un impacto positivo que atendiera esta situación regional que afecta a más de 30 millones de personas. 

Conociendo el problema a profundidad

En diciembre de 2012 Gabriel emprendió este camino y mientras más conocía del tema, más se enamoraba del problema y más deseaba trabajar para resolverlo.

Decidido, logró concretar y realizar 400 entrevistas con personas con discapacidad para conocer la manera en la que buscaban empleo. En este proceso descubrió que la dinámica era la misma: la persona conseguía la entrevista, se presentaba en el lugar indicado y en el momento en que el entrevistador notaba la discapacidad, ya fuera que le cancelaran la cita sin dar explicaciones u otras veces, cuando llegaban a pasar, la entrevista duraba alrededor de 5 minutos y después eran acompañados a la salida. 

En cualquiera de los casos, el candidato con discapacidad jamás volvía a ser contactado por la compañía y estas experiencias le generaban frustración, provocando que se diera por vencido y dejara de buscar empleo. 

El problema visto del lado de las corporaciones

Para continuar con su investigación Gabriel necesitaba entender el panorama integral alrededor del problema, por lo que deseaba conocerlo desde la visión de las organizaciones.

Para ello, se acercó a un grupo de empresas que contaban con programas de inclusión laboral para personas con discapacidad y descubrió que, aunque existía la apertura, no tenían los medios idóneos para encontrarlas pues no era común que llegaran a través de los caminos tradicionales, convirtiendo el proceso en algo muy tedioso.

Adicionalmente, se encontró que existían lugares que contaban con “leyes de cuota”, donde las organizaciones debían reportar un porcentaje de empleados con discapacidad del total de su nómina y, aunque esto pudiera ser una noticia positiva, el hallazgo arrojó que muchas de estas personas eran contratadas con salarios mínimos y que estaban lejos de aspirar a responsabilidades o empleos productivos.

Incluyeme.com, la propuesta para abordar el problema

En 2013, la aceleradora de proyectos sociales de origen chileno Socialab inició operaciones en Argentina y Gabriel aprovechó la ocasión para presentar una idea que consistía en un portal de empleo para personas con discapacidad. 

A través de la plataforma, que más tarde se llamó Incluyeme.com, se buscaba simplificar el problema que tenían las empresas en cuanto a la contratación de personal con discapacidad, permitiéndoles acceder a una amplia base de talentos que buscaban oportunidades laborales para desarrollarse.

Al poco tiempo, instituciones como IBM, Accenture y Banco Galicia, el principal banco privado del país, comenzaron a utilizar el servicio en Argentina.

Un proyecto escalable para la región Latinoamericana

De la mano de las organizaciones Startup Chile y Socialab Chile, se presentó la oportunidad de entrar al mercado chileno en 2014 y un año después, a mediados de 2015 y gracias a la inversión que recibieron del fondo 500 Startups Latam, arrancaron operaciones en México.

Así, gracias a su modelo de negocios escalable y replicable, continuaron su expansión inaugurando sedes en Perú (2016), Colombia (2017), Paraguay (2018) y Uruguay (2019), creciendo su equipo global a 15 personas. 

Su reconocimiento internacional también les permitió participar en órganos de consulta, como en el caso del Banco Interamericano de Desarrollo, o influenciar en la generación o adecuación de políticas públicas en distintos países, buscando siempre beneficiar la inclusión.  

¿Qué sigue para Incluyeme.com?

Al cierre del primer trimestre de 2020, año en que la situación mundial los ha forzado a disminuir la velocidad de su crecimiento, la mayoría de los países donde opera se acercan a periodos de recesión y los mercados de trabajo han reducido el número de búsquedas de talento.

Con un historial de habiendo ayudado a más de 1,900 personas con discapacidad a encontrar un empleo, el compromiso que la empresa mantiene con sus usuarios involucra grandes esfuerzos comerciales para continuar sumando a la plataforma un mayor número de empresas que busquen la inclusión.

Asimismo, la estrategia de Incluyeme.com ha sido amplificada para propagar el conocimiento de que la diversidad es un activo en las organizaciones y que las empresas más diversas logran obtener mejores resultados.

Además del portal de empleo que acumula más de 200 mil usuarios activos en la región, ahora se encuentran también proveyendo consultoría para organizaciones que buscan ser realmente inclusivas, a través de la profundización en temas de cultura y procesos, tocando aspectos tan básicos como puede ser la inclusión de subtítulos en los videos de capacitación.

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