A nuestra sociedad le han enseñado por años que el fracaso es vergonzoso.
Y la consecuencia de esto se ha convertido en el más grande de nuestros obstáculos: el miedo a experimentar.
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Todo se remonta al planteamiento de un modelo educativo donde las respuestas correctas ya están establecidas desde el principio y se encuentran al reverso de los libros de texto. Exámenes que se resuelven memorizando o copiándole la decisión al de alado. Premios que se otorgan a quienes se equivocan menos y advertencias de medicamentos a quien no pueda mantenerse concentrado en un escritorio por horas.
Una realidad que parece incongruente, en especial en un mundo post-computadora; y sin embargo, un escenario bastante común en la vida de muchos de nosotros. Pero el problema no es precisamente la insatisfacción de millones de personas en temas de aprendizaje, aunque resulta una verdad terrible, sino lo que eso genera en nuestra sociedad a largo plazo en temas de innovación.
Tomas Alba Edison, tal vez el inventor más prolífico de la historia respondió a un periodista que le recordó que había cosechado casi mil intentos fallidos antes de dar con el filamento de tungsteno: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de como no hacer una bombilla.” Un planteamiento que exhibe el porqué de su talento.
Hoy sabemos que la creatividad se basa en tener miles de ideas absurdas antes de siquiera juzgarlas. El conflicto es que nos hemos enfocado tanto en conseguir el éxito que hacemos todo por no fracasar en el camino. En otras palabras, lo que necesitamos para superar nuestra situación como sociedad es precisamente lo que nos han enseñado a no hacer en la escuela por años.
Pero no todas son malas noticias.
Hace tres años, cinco mexicanos decidieron reunirse para hablar de fracaso; un tema que claramente debía dejar de ser un tabú. Rápidamente se dieron cuenta que hablar de sus equivocaciones tenía un toque especial. No sólo resultaba más auténtico y liberador para quien lo compartía, también descubrieron que sus historias reunían una serie de aprendizajes importantes que podían ayudar al inexperto.
Así surgió FuckUp Nights, un espacio en donde tres honrados difunden, a manera de conferencia, de que manera se equivocaron en el camino y como eso fue necesario para seguir creciendo.
Orgullosamente, FuckUp Nights se ha convertido en un proyecto de impacto mundial. Cada mes, más de 10,000 personas en todo el mundo se reúnen para hablar del fracaso en uno de sus eventos.
Uno de los fracasados que ha contado su historia es Juan Del Cerro, puedes ver su historia en Disruptivo.tv: Juan Del Cerro, “Mi historia de fracaso”
Escucha el podcast, suscríbete en Itunes y conoce más sobre este proyecto.