Flashazo ambiental: relato de mi vida real

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Por Laura Ortiz Montemayor.

Creo que hay pocas cosas tan impopulares como el “Hoy no circula”. Entiendo y empatizo con el dolor de mis conciudadanos que quieren llegar a trabajar, que necesitan ir al super, o a recoger a sus niños a la escuela etc.

También entiendo y empatizo con la idea urgente de demostrar que estamos haciendo algo al respecto con la creciente contingencia ambiental en CDMX.

Hoy en día la Ciudad de México es primer lugar en congestión vial superando a Bangkok, Tailandia; Estambul, Turquía; y Río de Janeiro.

También soy comprensiva de la enorme ignorancia de nuestros gobernantes que no conocen que ya existen maneras efectivas de medir que las decisiones que toman tengan un resultado positivo REAL y con impacto medible y eficiente. Les ayudaría mucho conocer la teoría de cambio.

En mi opinión, y en la opinión de varios especialistas el problema de la contaminación no se resuelve contundentemente con el programa “hoy no circula”. Yo sugiero algo mucho más efectivo como programas de trabajar desde casa más frecuentes y obligatorios para empresas, hacer juntas 1 o 2 veces a la semana y los demás días trabajar remotamente; Realizar más reuniones por skype y todos los medios tecnológicos que tenemos hoy en día que nos evitan las molestas distancias. El problema no es reducir el parque vehicular en la calle en un determinado día, si no disminuir la necesidad imperativa de traslado si tenemos tantas alternativas disponibles para evitarlo.

Yo en lo personal llevo 3 meses caminando a mi trabajo, a mi casa, a mis citas, al mercado y a la iglesia, a la tienda de la esquina, a los mandados y a la mayoría de mis salidas sociales. Me tuve que mudar de casa para lograrlo pero ha valido mucho la pena. Vendí mi carro lo cual es de las experiencias más liberantes que he experimentado en mi vida y he hecho las matemáticas comparativas de mi economía personal y ha sido altamente redituable.

El año pasado estaba gastando en promedio de $5mil a $7 mil pesos mensuales por usar mi carro: entre gasolina, TAG, estacionamientos y gastos del carro. Anualmente sumándole seguro del auto, verificación, mantenimiento etc sumaba entre $70mil a $90 mil pesos anuales por usar mi carro y por trabajar lejos de donde vivo. Pero más grande que este costo era el costo de mi tiempo perdido, mi estrés acumulado y mi mal humor por ir manejando. Tenía unos nudos de tensión entre los hombros y omóplatos que me dolían, llegaba a mi casa muy cansada, y frecuentemente enojada.

Aunque aprovechaba traslados escuchando cosas productivas y educativas, me doy cuenta que caminando los puedo seguir escuchando y los disfruto mucho más. Hoy en día mensualmente mi cuenta de Uber no supera los $2mil pesos mensuales; Lo cuál es una enorme mejora para mi bolsillo. La caminada diaria me ha llevado a promediar 7 kms diarios de caminata, por lo que ya no me siento mal los días que no tuve tiempo de hacer ejercicio.

Se que estas circunstancias pueden cambiar cuando llueva a cántaros, cuando haya granizo, cuando Dios me de la bendición de tener hijos, etc. Pero por lo pronto si lo puedo hacer y mi vida ha mejorado 180 grados. Vivir de manera más local es altamente recomendable y si ayudaría a largo plazo a disminuir la congestión vial. Nuestra ciudad es más hermosa sin carros. Solo pregúntenle a los que se quedaron en semana santa admirando las jacarandas lilas en las calles sin ruido.

Los cambios pueden ser difíciles pero son posibles. Toma el toro por los cuernos, todo está en tus manos.

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