¿Existe la banca ética?

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Lejos de la banca tradicional, existe un espacio financiero donde la cooperación y el desarrollo socio ambiental van antes que los criterios de “máximo beneficio” para las instituciones. 

Aunque la banca ética ha sido conocida en Europa desde los años 70 por la idea de rastrear el destino de los fondos para evitar que fueran utilizados con fines militares o que no sirvieran para generar algo positivo a la sociedad, en Latinoamérica fue hasta 2013 que Joan Melé, con más de 40 años de experiencia en el sector bancario, y miembro del comité de Triodos Bank en España, difunde el concepto por Argentina y Chile, buscando no solo acercar el acceso a nuevas herramientas financieras, también como una iniciativa de financiamiento responsable, que pudiera ser transparente y que vigilara los intereses socioambientales de la región. 

Hoy en día se podría describir mejor como una forma de inversión de impacto y de otorgar financiamiento u oportunidades de desarrollo a empresas de impacto positivo, tomando como bandera principal la transparencia, el beneficio socioambiental y las relaciones humanas.

¿Cómo funciona la banca ética en Latinoamérica?

Las inversiones conscientes no son un tema nuevo, sin embargo, con el tiempo el término ha ido evolucionando para adaptarse a las necesidades de las personas. En la región latinoamericana y con oficinas en Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, Banca Ética buscará ajustarse a las diferentes culturas y peculiaridades de cada territorio, enfocando sus esfuerzos en tres áreas: Educación y Cultura, Desarrollo Social y Medio Ambiente.

Entre sus principales características:

  • Las inversiones saben en todo momento a dónde se dirige su capital, sean pequeñas o grandes empresas.
  • Los capitales invertidos siempre son dirigidos a proyectos de impacto positivo que reducen brechas o apoyan procesos productivos que utilizan energías renovables.
  • La gestión financiera refleja sus resultados en apoyo a escuelas, cultura, procesos productivos y crecimiento comunitario, entre otros sectores.
  • En Chile, donde esta iniciativa comenzó en el continente, a la fecha se han movilizado créditos por más de 64 millones de dólares, que han servido para financiar empresas sociales y medioambientales, así como iniciativas en áreas de educación y cultura.

Pero ¿Es posible replicar de manera exitosa este modelo por todo el continente? sobre todo pensando en la variedad de culturas y contextos sociales que rodean América Latina.

Si te interesa saber más o te gustaría ser de los primeras empresas y organizaciones beneficiadas de este sistema de banca responsable, te invitamos a visitar la Banca Ética Latinoamericana, y estar al pendiente de nuestros canales, donde próximamente te hablaremos de la visita de Joan Melé a México como parte de su gira de conferencias llamada “Reencontrándonos”.

Esta gira pretende abrir la conversación hacia otros empresarios del ecosistema, y como una oportunidad para expandir a toda la región lo que pareciera ser una excelente oportunidad de impulso para el emprendimiento social y los negocios de impacto.

¿Qué tanto conoces de la banca ética, te interesaría conocer más y ser parte?

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