El rol transformador de la empresa en el campo

Facebook
Twitter
WhatsApp
Telegram
LinkedIn

Por Samuel Casanova

Pequeños productores, sociedad y gobierno juegan un papel importante en la mejora de la situación del campo mexicano. ¿Y las empresas? ¿Acaso éstas no tienen nada que ver?

Sí, si tienen incidencia y también responsabilidad en lograr que los pequeños productores tengan una mejor calidad de vida, en impulsar su acceso al mercado, en que entreguen productos de calidad para el consumidor y en desarrollar prácticas que reduzcan el impacto ambiental.

Puede sonar abrumador que una empresa tenga que lograr todo esto, pero la realidad es que todas estas acciones involucran un trabajo en equipo de organizaciones, productores, procesadores y distribuidores (mayoristas y minoristas) dentro de una cadena de valor.

¿Qué es la cadena de valor y para qué le sirve a mi empresa?

Sean empresas grandes o medianas, todas se pueden beneficiar de tener una cadena de valor bien articulada. Ésta representa un factor de competitividad que lleva a empresas a triunfar o fracasar en el mercado.

La cadena de valor, definida por Daniel Iglesias, doctor en economía agroalimentaria y técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina, en el informe “Cadenas de valor como estrategia: las cadenas de valor en el sector agroalimentario “(2002), menciona que ésta es una red de alianzas estratégicas entre varias empresas de negocios independientes dentro de la cadena agroalimentaria.

Construir una cadena de valor requiere que todos los eslabones compartan una visión y objetivos que apuntan a satisfacer necesidades del mercado, del consumidor, pero también implica estar dispuesto a asumir riesgos, beneficios y, sobre todo, crecimiento.

La cadena de valor implica una relación a largo plazo en que, si se quiere tener éxito, se debe considerar:

— Tener objetivos comunes.
— Que exista flujo de información constante.
— Evaluar el desempeño.
— Beneficios reales para todos los involucrados.
— Construcción de confianza y cooperación.

“El manejo de la cadena de valor requiere nuevas perspectivas, nuevas habilidades y un nuevo entrenamiento”, dice Daniel Iglesias.

Bien implementada dentro del sector agroalimentario otorga beneficios que se tornan en ventaja competitiva en el mercado:

— Seguridad alimentaria.
— Mejor calidad de producto.
— Innovación y productos con valor agregado.
— Disminución de costos (transporte o almacenaje, por ejemplo).
— Desarrollo de nichos de mercado.

Claro que se debe tener en cuenta que la construcción de una cadena de valor no es un proceso de un día para otro, y como menciona Iglesias, puede llevar de seis meses a un año conformar un grupo para trabajar con objetivos comunes.

Pequeños productores y sostenibilidad de la cadena de valor

Si de verdad se quiere crear una cadena de valor sostenible e inclusiva, la colaboración debe ir más allá de la compraventa; debe existir una visión de mutuo crecimiento: que el desarrollo de una empresa también se traduzca en el desarrollo del pequeño productor y la comunidad donde tiene influencia.

Para lograr esto, la Red de Acción de Agricultura Sostenible expone en su Guía de Mejores Prácticas para la Agricultura y Cadenas de Valor (2013)cinco dimensiones y prácticas relacionadas para que se pueda llegar a una cadena de valor sostenible:

  • Dimensión social
    Un enfoque que se basa en los derechos inherentes a todo ser humano y que se asegure que todos los involucrados dentro de una actividad, dentro de la cadena de valor, cuenten con el respeto de sus derechos humanos y a la oportunidad de una vida decente.
    Prácticas
    — Fomentar la inclusión de pequeños productores que apoyan de forma proactiva a grupos vulnerables y que contratan a personas de estos grupos.
    — Asegurarse de que los pequeños productores que sean parte reciban un pago justo, proporcional a los riesgos que asumen, además que se incentive la capacitación que permita mejorar su trabajo.
  • Dimensión ecológica
    Un enfoque que se basa en usar de forma consciente los recursos de la tierra, buscando causar el menor impacto ambiental posible.
    Prácticas
    — Capacitar y cocrear con pequeños productores sistemas de agua eficientes mediante el uso de la tecnología, fomentando el reciclaje de ésta y la menor cantidad de fugas.
    — Concientizar sobre la actividad biológica del suelo, mostrando qué actividades la afectan. Esto se traduce en buscar un menor uso de maquinaria pesada, promover cultivos permanentes o evitar labrar con frecuencia.
  • Dimensión económica
    El integrar la cadena de valor significa que todos los involucrados serán beneficiados. La prosperidad de una parte de la cadena no significa que se va a sacrificar el desarrollo social, cultural o ambiental.
    Prácticas
    — En caso que no exista apoyo del gobierno en cuestiones de capacitación para pequeños productores, las empresas deberían invertir sus recursos o apoyar a otras organizaciones capacitadoras para mejorar las habilidades de producción sostenible de pequeños productores.
    — Abrir espacios de comunicación constante y directa para que pequeños productores pueden estar en contacto con otros eslabones de la cadena, de forma que éstos puedan decidir la mejor forma de actuar.
  • Dimensión cultural
    Desarrollo de valores, capacidades y conciencia tanto a nivel individuo como a nivel sociedad.
    Prácticas
    — Respeto de la propiedad intelectual, prácticas y sabiduría de pequeños productores, que cualquier innovación tecnológica esté enfocada a impulsar lo que ya saben hacer, más que a reemplazarlo.
    — Mantener el procesamiento de alimentos al mínimo, respetando el proceso natural para retener su valor nutricional y, claro, ser transparente con el consumidor sobre este proceso.
  • Dimensión de responsabilidad
    Mejoras o limitaciones se deben compartir y deben ser cualitativamente y cuantitativamente demostrables.
    Prácticas
    — Fomentar que pequeños productores rindan cuentas y sean transparentes en sus procesos, gastos, ganancias y, sobre todo, en su impacto social y ambiental.
    — Evaluar constantemente el rendimiento y reportar de forma sistemática para buscar mejorar la forma en que se opera.

Cada empresa puede encontrar las prácticas que mejor le sirvan; sin embargo, es importante que como empresas se asuma la responsabilidad de impulsar la mejora de la situación de los pequeños productores, entendiendo que éstos tienen la posibilidad de convertirse en grandes aliados y que estos (pequeños productores) puedan encontrar un mercado que los beneficie y beneficie a su comunidad.

Fuentes:
— Iglesias, D. (202) Cadenas de Valor como Estrategia: Las Cadenas de Valor en el Sector Agroalimentario.
— Red de Acción de Agricultura Sostenible. (2013) Guía de Mejores Prácticas para la Agricultura y Cadenas de Valor.

Shopping Basket