¿Has llegado al punto en el que pierdes la perspectiva de las prioridades por la cantidad de cosas que tienes qué hacer? Yo sí y esta es mi historia…
Esta semana voy a cambiar el tono de mi columna para contarles algo que me ha sucedido en las últimas semanas y que quisiera compartir con ustedes.
Repetidamente, la gente me pregunta:»¿Cómo puedes hacer todo?, ¿Cómo es que puedes tener Disruptivo.tv mientras también diriges Socialab?»
La respuesta para decepción de muchos, no es una receta secreta de orden y organización o una serie de tips sobre eficiencia y productividad.
Ésta es mucho más simple. Me encanta lo que hago y me apasionan tanto mis proyectos que puedo trabajar 12 horas seguidas durante 5 días a la semana y seguir trabajando los sábados y los domingos; al final, para mí esto no es un empleo ya que estoy desarrollando dos proyectos que me apasionan y eso hace que no haya mejor inversión de mi tiempo.
Sin embargo, por mucho que algo te apasione todos tenemos un límite. En las últimas semanas me sucedió algo muy interesante que creo que nos pasa más seguido de lo que creemos y sin darme cuenta: rebasé ese límite.
Comerse al mundo de un bocado, puede dar indigestión
Si leen mi columna, recordarán que inicié este año con una motivación para empezar toda una serie de planes para seguir creciendo mis proyectos (Disruptivo y Socialab) y llevarlos al siguiente nivel.
Sin embargo, este entusiasmo y las “ganas de comerme al mundo” hicieron que me cegara un poco al hecho de que me estaba echando a los hombros más de lo que podía.
Desde hace varios meses, he venido preparando e ideando actividades y proyectos que me entusiasman muchísimo, por lo que me dejé llevar por la sensación del año nuevo y dije: ¿por que no empezarlos todos al mismo tiempo?
Así que las primeras semanas de enero decidí subir mi ritmo de trabajo aún más de lo que venía haciendo en los últimos meses. Fue ahí cuando me encontré con algo que me costó mucho darme cuenta que estaba pasando.
El bloqueo del emprendedor
¿Alguna vez has llegado al punto en el que por tener tantas cosas qué hacer (al mismo tiempo), pierdes la perspectiva de las prioridades y caes en una espiral negativa que te hace sentir más presión? Bueno, eso me pasó a mí.
Me entró esa presión que cada vez te paraliza más, misma que hace dedicarle tiempo a las cosas que puedes resolver pronto, las cuales seamos realistas: no son prioridad. Y bueno, esto es justo lo que hace que tu lista de responsabilidades se haga cada vez más larga y empieces a atrasarte con las cosas que importan, aumentando cada vez más esa presión que inició todo este ciclo.
Esto crece y crece al punto en el que te das cuenta que pasan días enteros en los que te llenaste de actividades, reuniones y momentos que no están aportando nada a lo que quieres crear. Días enteros en los que parece que no estás haciendo nada.
Esto es lo que llamo yo “el bloqueo del emprendedor” y es algo a lo que me enfrenté en las últimas semanas.
Hasta que el cuerpo dice suficiente
Lo más complicado del bloqueo del emprendedor es que no es tan fácil darte cuenta que estás ahí y muchas veces necesitas algo de fuera que te haga detenerte.
Para mí, ese “algo” fue una infección de influenza que me llegó la semana pasada, la cual me tuvo con fiebre, dolor de cabeza, cuerpo cortado, tos y varios otros síntomas desde el lunes en la tarde.
Con todo y todo, el martes quise ir a la oficina sólo a darme cuenta después de una hora que tenía que regresarme a mi casa, donde insistí seguir trabajando desde mi computadora sin poder concentrarme por más de media hora el resto del día.
Fue hasta el miércoles, tercer día en el que los síntomas no bajaban cuando fui al doctor y me dijo que tenía influenza. Fue en ese momento, mientras leía el resultado “positivo” de los análisis de laboratorio, cuando me di cuenta que necesitaba parar.
Por primera vez en meses, dejé por cinco días seguidos mi computadora y mi celular de lado. Me di el tiempo necesario para poderme recuperar, no sólo de los síntomas del virus, sino de los que verdaderamente me estaban enfermando: la presión y la sobrecarga de trabajo.
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Sólo tengo 100% tiempo Juan
Una de las filosofías que continuamente he transmitido a mis equipos, es que cada uno de nosotros solamente tiene 100% de su tiempo: así que podemos decidir cómo distribuirlo, pero es imposible aumentarlo.
Pero claro, en casa del herrero: cuchillo de palo, y la verdad es que en mis semanas previas a esta influenza estaba asumiendo responsabilidades y proyectos que necesitan al menos un 150% si no es que un 200% tiempo Juan, y esto, aunque parezca que puede aguantar durante algunos días, incluso semanas, eventualmente llegará a ser insostenible.
La pregunta entonces es ¿qué puedo hacer cuando sufro de bloqueo del emprendedor? Porque seamos sinceros, por más que queramos la cantidad de trabajo no disminuye.
No puedes hacerlo todo. Punto.
Apenas me estoy recuperando y aunque estos días fuera de la jugada me han dado cierta perspectiva quiero dejar claro que lo que voy a decir a continuación lo estoy llevando a la práctica hace pocos días, así que todavía no puedo presumir los resultados.
Una vez ya dicho eso, creo que hay varias cosas que podemos hacer para evitar o salir del bloqueo del emprendedor:
• Prioriza. No todo se tiene que hacer al mismo tiempo, esto es una verdad que simplemente tenemos que aceptar.
• Delega. Estoy convencido que otras personas nos pueden ayudar a hacer más de la mitad de las cosas que hacemos.
• Aprende a dejar de hacer. Y en esta quiero hacer un GRAN ÉNFASIS. Tenemos que aceptar que no podemos hacer todo en esta vida, no podemos tener alianzas con todos y no podemos ser parte de todos los proyectos.
Quizá al principio nos cueste un poco dejar pasar alguna oportunidad o incluso quedar mal con alguien, pero al final del día es importantísimo que seamos sinceros con nosotros mismos y aceptemos que por más que queramos, no podemos todo.
Es cierto que apenas estoy empezando a vivir estos puntos, pero estoy seguro que me ayudarán mucho a evitar un nuevo círculo vicioso que me lleve al temido “bloqueo del emprendedor.”
¿Tú has vivido este bloqueo? Me encantaría conocer tu experiencia y saber que te ayudó a salir de él.
Mi columna fue publicada originalmente en Soy Entrepreneur.
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