De la Inversión Socialmente Responsable a la Inversión de Impacto

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Vivimos una nueva tendencia en inversión en la que empresas grandes están empezando a apoyar empresas nuevas con impacto socio ambiental positivo desde su creación

La inversión socialmente responsable (ISR) es muy antigua, nos podemos remontar hasta el siglo XVII cuando los cuáqueros deciden no invertir en tenerías (empresa que transforman la piel) pues contaminaban el agua de ríos y lagos. De ahí nos podemos ir hasta los 60’s cuando el movimiento hippie propone boicotear a empresas que tienen graves impactos ambientales y así en 1971 nacen los Pax World Funds que fueron los primeros fondos de inversión socialmente responsables hasta hoy en día cuando uno de cada 6 dólares esta invertido en algún tipo de instrumento que por lo menos analiza el desempeño ambiental, social y ético (ESG por siglas en ingles) de las empresas en que invierte.

La siguiente es una gráfica que representa el crecimiento de la inversión responsable en EU desde 1995 al 2006.

El crecimiento ha sido muy impresionante y se debe a que los principales bancos y grupos financieros globales como HSBC han firmado los principios de Inversión Responsable de la ONU, los UNPRI.

En uno de estos principios, las instituciones financieras firmantes se comprometen a desarrollar instrumentos de inversión responsables de ahí que también estén hoy en día interesados en la inversión con impacto. Ya que en mercados tan pequeños como el nuestro, -me refiero al mercado de empresas en Bolsa- es difícil construir un portafolio de inversión interesante y amplio de empresas sustentables, responsables y éticas.

A pesar de que las empresas socialmente responsables se comprometen a disminuir su impacto, al agua, al aire y al suelo mediante un programa de sustentabilidad que idealmente se basa en los impactos actuales y busca disminuirlos, así mismo el programa de responsabilidad social de la empresa busca tener buenas relaciones con todos sus grupos de interés como son principalmente los empelados pero también la sociedad; sin embargo aun el mejor programa de RSE no asegura que esa empresa no tenga algunos impactos nefastos a la sociedad como puede ser la producción de químicos dañinos a la salud como lo hace Johnson y Johnson con su Raid matabichos siendo una empresa que tiene el distintivo ESR otorgado por CEMEFI.

En México el CEMEFI otorga el distintivo de ESR a más de 1,300 empresas cada  año, pero ese distintivo lo único que nos dice es que la empresa hizo una medición de su impacto, probablemente un compromiso de cambio, pero no necesariamente llegar a ser una empresa sustentable.

Es muy difícil que una empresa ya establecida, y más aun si ya es mediana o grande cambie su objeto con el fin de ser una empresa buena para el mundo, por lo que muchas empresas grandes lo que están empezando a hacer es apoyar empresas nuevas con impacto socio ambiental positivo desde su creación.  Las empresas en el índice de sustentabilidad de la BMV han ido evolucionando en su programa de ESR y ahora apoyan algunas de ellas estas iniciativas.

 

El mejor ejemplo lo ha dado Grupo Bimbo (GB) con el desarrollo de su CERPI de impacto, es decir un Certificado de Proyectos de inversión de alto impacto. Es decir GB va a invertir una parte del fondo que tiene ahorrado para el retiro de sus trabajadores en proyectos de impacto social y ambiental positivo, teniendo así un doble impacto positivo, en sus rendimientos y en la creación de nuevas empresas que desde su concepción son sustentables.

Otro ejemplo es FEMSA quienes publican en su sitio lo siguiente: Debido a su convicción de participar en la detonación del desarrollo de las comunidades, FEMSA, a través de distintas iniciativas, ha impulsado una cultura de emprendimiento social que refleja su filosofía empresarial de que es posible e indispensable generar valor económico, social y ambiental de manera simultánea.

Un ejemplo de las alianzas que FEMSA ha logrado recientemente es con Clinton Global Initiative, una organización líder en el tema de emprendimiento con quien establecieron el compromiso de impulsar 520 proyectos de emprendimiento social de jóvenes con una inversión de $USD 4.5 millones de dólares durante los siguientes cuatro años, de 2014 a 2017.

A su vez, se han desarrollado otras alianzas entre las cuales destaca Jóvenes con Valor, creado en el 2011 en alianza con Avancemos Ashoka, cuyo objetivo es impulsar a jóvenes de 14 a 24 años para que desarrollen y lideren proyectos de emprendimiento social que detonen el desarrollo de habilidades emprendedoras y beneficien a su comunidad, convirtiéndose así en agentes de cambio.

El programa les brinda formación, acompañamiento técnico, redes de trabajo, monitoreo, evaluación y un capital semilla por proyecto, así como la experiencia y conocimiento de adultos que apoyan a los jóvenes de manera voluntaria. Hasta la fecha se han apoyado más de 210 proyectos, beneficiando a más de 900 jóvenes en Nuevo León, Michoacán y Veracruz.

Otras alianzas que FEMSA ha desarrollado son con Cleantech Challenge, The Hub y The Pool. Desde la edición de 2012, FEMSA participa en el Cleantech Challenge no sólo como patrocinador y mentor de algunos de los proyectos que concursan, sino también facilitando la vinculación con algunas de las empresas que presentan soluciones innovadoras para las Unidades de Negocio de FEMSA. A su vez, con The Hub y The Pool, buscan fomentar el espíritu empresarial y apoyar a los jóvenes para que puedan convertirse en agentes de cambio a través de la incubación de sus proyectos.

Aquí puede haber una buena fuente de financiamiento a emprendimientos con impacto.

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