Capital Mural, la publicidad del siglo XXI

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Hoy vivimos un momento disruptivo para el arte.

Por un lado, la tecnología capta y viraliza las propuestas que denotan talento, llevando las piezas geniales a millones de personas por un costo muy bajo. Por el otro lado, la consciencia de que una buena idea puede cruzar océanos con tan sólo un click, incentiva a los artistas a crear propuestas innovadoras.

En otras palabras, las redes sociales, en su sentido más amplio de la palabra, está democratizando el arte, tanto en la producción como en su distribución y curaduría. Pero esto, que ya es de por sí muy interesante, está generando un cambio más profundo y a la vez más radical.

Los artistas, al buscar exposición de sus creaciones, están eligiendo soportes a la vista de un público más popular. Es decir, a mayor ojos, mayor oportunidad de ser difundido y compartido en la red global; y por lo mismo, los artistas gráficos de esta generación digital están optando por pintar murales, por encima de aparecer en una exposición. Un ejemplo muy claro esto es la popularidad que han ganado artistas como Banksy, Borondo y Fintan Magee.

banksy

Piénsenlo por un momento. Es más probable que compartamos la foto de un mural, incluso con nosotros en ella, en Facebook o nuestra red preferida, que el cuadro que nos encantó en la exposición de un museo. De esta manera, los murales se convierten en el marco perfecto para la época de la selfie; en el formato correcto para la era digital.

Lo interesante de todo esto es que genera un cambio disruptivo en el arte. Puesto que la gente comparte este contenido de manera orgánica, las marcas están empezando a verlo como un área de oportunidad para anunciarse de una manera menos invasiva (más orgánica). Si ellos pudieran producir, o patrocinar, un mural que captara su esencia, entonces tendrían un anuncio publicitario con potencial de ser viral. Esto promueve que se dedique presupuesto para la detección y apoyo de nuevos artistas.

Paola Capital Mural

Habrán quienes argumenten que el arte deja de serlo cuando es patrocinado por un interés de propaganda; y es un punto muy interesante. Yo sólo los invito a examinar la historia del arte. Algunas de las más grandes obras sirvieron para esparcir el catolicismo; tal vez la marca más poderosa de la actualidad.

Cabe mencionar que esto también revoluciona el mundo del grafiti. Un ámbito que, mayoritariamente, presenta rebelión. Eso sin mencionar que se mueve en la estructura de la ilegalidad. Ahora, teniendo a mecenas de la actualidad, los grafiteros pueden seguir evolucionando en su arte, al mismo tiempo que se insertan en el marco de la legalidad y embellecen el paisaje con trabajos de mayor calidad.

Lo importante aquí es que el beneficiario más grande es la sociedad civil. Es decir, puesto que todo esto ocurre en el espacio público, las ciudades se transforman sustituyendo paredes grises o vallas publicitarias, por verdaderas obras de arte. Lo que rompe el esquema académico donde el museo es quien certifica al artista del que no lo es. Hoy, como ha sucedido en otras industrias, el juez se representa en la voz de la mayoría; en el like de cada post.

Curiot- El retorno de Akhankutli.

Afortunadamente, esto no es ajeno a México. De hecho, estamos teniendo un crecimiento acelerado en este tipo de propuestas. Y esto sucede, en parte, por Capital Mural, un proyecto de Cultura Colectiva que cree fervientemente que el arte puede ser una gran fuerza para el desarrollo social.

Capital Mural consigue espacios públicos deteriorados o con potencial, y contacta a artistas plásticos que, considerando el contexto del lugar, generan una propuesta artística que genere cierta empatía entre la gente local y el mural.

Así, como en su momento lo hicieron los muralistas mexicanos en época de Diego Rivera, plasmando la esencia de la Revolución Mexicana y el proceso de industrialización, hoy, mexicanos vuelven a cubrir las paredes con sus pinturas en gran formato. Algunos nombres ya empiezan a sobresalir, como Curiot, Seher y Sego, entre otros; cambiando la percepción que tenemos de nuestras ciudades.

En resumen, esta es una tendencia que, de seguir creciendo, terminará favoreciendo a todos. El grafiti evoluciona a propuestas con principios más estéticos, las marcas dedican su presupuesto a una publicidad constructiva, los artistas reciben apoyos para experimentar y dar a conocer su talento y los espacios públicos se transforman en puntos de encuentro e interacción; donde la libertad de expresión nace en el muro y crece en la voz de todos nosotros.

Si quieres conocer más sobre Capital Mural; puedes contactarlos a través de [email protected] o revisar otra nota de ellos aquí.

¿Qué opinas? Sigamos la conversación. Puedes escribir aquí mismo o encontrarme en twitter como @sotosonrisas.

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