En esta era digital en la que la mayoría de las veces, lo que no sabes se lo preguntas a tu buscador preferido, ¿sabes quién está orientando a los adolescentes?
Esta fue la pregunta que detonó el nacimiento del proyecto de Ashi, una aplicación móvil de orientación juvenil efectiva, creada por un grupo de emprendedores sociales de Yucatán, México que sumaron el conocimiento de psicólogos expertos para poner información de valor en la palma de las manos de los jóvenes entre de 12 a 18 años.
¿Cómo? A través de un servicio de mensajería instantánea, un chat confidencial y anónimo en el que los terapeutas atienden las dudas de los jóvenes y además les comparten contenidos que inspiren al estudiante a detonar su potencial.
En días pasados se lanzó la aplicación disponible para iOS y Android, así como la campaña de crowdfunding en Donadora.mx para invitar a la sociedad a sumarse a esta ambiciosa misión, a fin de fortalecer la tecnología y el grupo de profesionales detrás de la aplicación.
Platicamos con el equipo que conforma este desarrollo tecnológico y nos contaron que el principal objetivo es prevenir problemas sociales asociados con la falta de orientación y que la Unicef tiene identificados: Deserción escolar, embarazos prematuros, adicciones y muertes prevenibles.
Este proyecto es liderado por Roberto Ruz Sahrur, emprendedor que ha colaborado con más de 200 escuelas en seis países de Latinoamérica, especialistas como la Dra. Sally Vanega Romero, investigadora del acoso escolar en México, Uruguay y España, psicólogos con experiencia en adolescentes, ingenieros de software y creativos dispuestos a desarrollar un proyecto para enfrentar este problema.
Roberto nos explicó que Ashi, busca ser el mejor amigo de sus usuarios y el fiel aliado de padres, tutores y maestros, porque a través de la tecnología, pretende romper las tres barreras por las que los adolescentes no piden orientación a tiempo: 1. Percepción de estigma y vergüenza; 2. Problemas para reconocer los síntomas de un problema y 3. Preferencia por la autosuficiencia.
Es decir los jóvenes prefieren quedarse con la duda por pena y miedo al rechazo, no reconocer lo que les sucede y la sensación de que pueden controlar la situación por sí solos.
Esta aplicación ayuda a las escuelas secundarias y bachilleratos que solicitan el servicio de la siguiente manera: entrega oportunamente reportes de factores de riesgo a las autoridades académicas, respeta sus principios institucionales, canaliza a los adolescentes con especialistas y organizaciones autorizadas por la escuela en los casos que sea necesario y vincula a los adolescentes con programas y convocatorias de ONGs y gobierno para empoderarlos.
Esta forma disruptiva de conectar a los adolescentes con información y contenido de valor, es una iniciativa hecha por mexicanos que quieren escalar y replicar el modelo en más países.