¿Aprendimos a trabajar desde casa?

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Antes de la pandemia, 34% de mexican@s había experimentado alguna vez el trabajo desde casa a tiempo completo; el 10%, algunos días de la semana (INEGI). Hoy, en la nueva normalidad, se espera que hasta un 68% de los empleos formales apliquen algún esquema de trabajo a distancia. Pero, ¿hemos aprendido a trabajar de lejos?

La pandemia nos obligó a trabajar de manera remota y, sembrada la idea, aprendimos varias lecciones, casi todas relacionadas con establecer límites, no solo para sobrellevar la situación, sino también para disfrutar lo que hacemos: trabajar y estar en casa.

Ya en nuestra primera entrega te hablamos de las lecciones positivas de trabajar remotamente; en esta segunda, queremos invitarte a construir una cultura de trabajo más respetuosa y funcional; una en la que seamos capaces de producir saludablemente lo que nuestras responsabilidades laborales nos demandan, y por otro lado, tener la oportunidad de llevar una vida equilibrada y que nos dé paz  mental para disfrutar a nuestras familias, amig@s…  ¡y a nosotr@s mismos!

Por acá te dejamos algunos tips que podrían ayudarte a lograrlo:

Ten un lugar específico de trabajo

Las personas expertas recomiendan que es importante independizar en casa el lugar donde trabajamos. Sin embargo, esto también puede ser un reto cuando hablamos del espacio con el que contamos y/o las personas que lo debemos compartir.

Lo que sí podemos hacer es generar pequeñas “fronteras” en la mesa, o utilizar determinada silla para cuando vamos a trabajar. También puede significar quitar de la vista tu laptop cuando no tengas que usarla, te sorprenderá la tranquilidad que esto te puede dar. 


Y no olvides que es importante utilizar zonas con buena iluminación y ventilación. De preferencia, no uses la cama para trabajar. Procura tener a la mano todo lo necesario: desde herramientas, hasta botanitas y agua. Coloca cerca plantas, fotos, cuadros, juguetes o elementos que te ayuden a mantener el enfoque y, al mismo tiempo, despertarte creativamente.

Delimita el tiempo que estarás trabajando  

Haz que tus horas dedicadas específicamente a trabajar valgan. Mantén distancia de distractores: coloca un rato tu celular o número personal en modo “Avión”, o en silencio. Ocupa metodologías como la “Técnica Pomodoro”, dedicando ciertos intervalos de tiempo a concentración y otros a recuperarse del tiempo de enfoque.

Programa recordatorias para desconectarte, tomar descansos, comidas y sí, por supuesto, ¡para estirarte un poco! 

Ponte ropa cómoda, ¡pero no te quedes en pijama!

Es recomendable usar ropa diferente a la que ocupas para dormir, con la intención de establecer una diferencia entre el momento de descansar y el de estar despiert@. Tampoco te obligues a usar corbata o ropa que te limite, pero te sugerimos elegir prendas con las que te sientas cómod@, e incluso, inspirad@ a dar más de ti.

El sitio Fastcompany realizó un pequeño estudio a 400 emplead@s de varias industrias, asignándoles distintas prendas para ver cómo esto influía en sus trabajos. Algun@s utilizaron la ropa que llevarían a la oficina, y otr@s la que usan normalmente en casa; también se probó con solo la indumentaria de oficina en la parte superior y la ropa de casa en la parte inferior. 

Las conclusiones: se puede decir que la ropa cómoda que usamos en casa es la mejor, provoca un sentimiento de autenticidad y confianza; l@s trabajador@s con estas prendas dijeron “sentirse más como ell@s mism@s”, “con más compromiso y productividad aquellos días”.

Establece acuerdos familiares sobre horarios de trabajo

Se vale que a la familia le cueste entender que estar presentes no significa que estemos disponibles, pues requerimos concentración y enfoque. Conversa sobre esto y construye acuerdos que permitan compaginar las horas de trabajo con las actividades propias de estar en casa: cuidar personas, plantas o mascotas, preparar comida o hacer limpieza. Es un buen pretexto para repartir mejor el trabajo.

Equilibrar la vida del trabajo es fundamental, y  si conseguimos tener paz en estos ámbitos, el tiempo con la gente a la que amamos será mucho más valioso, e incluso, reconstructivo para nuestros días en el entorno laboral.

Aprende a desconectarte 

Desarrolla la conciencia para entender cuándo es momento de apagar la computadora y que es válido contestar los mensajes hasta el día siguiente. 

No hay leyes escritas sobre esto, pero procura tener acuerdos con tu equipo de trabajo. Entender que el espacio para recuperarse es necesario y que, sobre todo, permite regresar con más pila a la siguiente jornada. 

Recuperarse implica desarrollar también actividades que te permitan despejarte: juega, haz deporte, habla sobre tu salud mental, práctica los hobbies que disfrutes y habla con la gente que amas.

Much@s hemos trabajado horas de más desde que comenzamos a hacerlo de manera remota, por ello también se recomienda recrear un poco los tiempos que haces camino a casa y desconectar la mayor cantidad de notificaciones que puedas una vez que es momento de pasar al espacio personal. 

Compartir tiempo con otras personas también es una muy buena forma de cambiar el chip. ¡Hazlo!

Construye cercanía con tu equipo de trabajo, pero mantén tu privacidad

Te recomendamos ampliamente  el uso de cuentas de correo y telefonía alternas. 
Y, para construir tu oficina de manera virtual, probar aplicaciones para tener una interacción digital eficaz con tu equipo de trabajo (como Slack, para la comunicación, y Trello para la organización). Recuerda que no es buena idea usar tus cuentas personales para cosas que tengan que ver con la oficina, pero tampoco el correo institucional para recibir las confirmaciones de tus pedidos en Shein…

Lo que resulta buenísimo para la conexión entre el equipo, es tener una pequeña junta al inicio del día laboral. Simplemente, hacer una revisión que no lleve más de diez minutos sobre las tareas y metas del día. Sin caer en el exceso de juntas o tiempo destinado a ellas, los pequeños espacios para retroalimentación suelen ser un gran aliciente para mantener sana comunicación entre personas y construir equipo. 

Seguramente nos queda mucho por aprender del trabajo desde casa, o tal vez la verdadera distracción estaba en la cantidad de “ruido” de los ambientes de oficina; lo que es una realidad es que no debemos subestimar todos los efectos que esta modalidad ha traído a nuestros estilos de vida y salud mental. 

Queremos conocer tu experiencia: cuéntanos cómo ha sido para ti estar tanto tiempo trabajando bajo estos elementos, o cómo te imaginas haciéndolo. Si lo haces de manera creativa, puedes participar por un gran paquete de tecnología que TTEC nos comparte en esta dinámica para apoyar el teletrabajo. 

Compartamos y retroalimentamos lo que hemos aprendido sobre esto y no perdamos de vista que antes de cualquier otra cosa, lo importante es “ESTAR BIEN”. 

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