SPOILER ALERT: El presente documento sobre la Ley Fintech contiene información que podría arruinar la trama en la Serie Game of Thrones, en caso de no estar al día con la misma.
Las tecnologías financieras (Fintech) llegaron para quedarse; tanto así que muchos de los que estamos leyendo este texto hemos usado en algún momento portales de internet de e-commerce, en donde se completan transacciones comerciales con el click de un botón, o hemos escuchado teorías conspirativas de las cripto-monedas y el impacto (bueno y malo) que Bitcoin y su anonimato han causado en los sistemas financieros trasnacionales, todo lo anterior, sin darnos cuenta que estuvimos frente a estas tecnologías poco reguladas.
Existen, al día de hoy, solamente 12 (doce) países que de una u otra manera han intentado abordar el tema de la Tecnologías Financieras y su regulación (Ley Fintech), y México es uno de ellos.
Lo digo con tono orgulloso, ya que de acuerdo con Goldman Sachs, se estimó que un aproximado de $4.7 trillones de dólares se moverían desde el sector financiero tradicional hacia el sector FINTECH, solamente en el mercado estadounidense; lo anterior representa una gran oportunidad para los valientes que intenten domar esta bestia a tiempo y en modos convenientes para cada sector financiero de cada país en específico.
Mientras países como China, y Reino Unido han optado por intentar regular la aplicación de estas tecnologías en sus sistemas financieros de manera proactiva (es decir, creando leyes totalmente nuevas para actualizar la regulación del sector financiero y sus tecnologías), nuestro vecino del norte, Estados Unidos intenta atender el tema de manera reactiva, cambiando leyes y reglas que ya existen, para incluir una serie de párrafos nuevos que atiendan el funcionamiento a las Tecnologías Financieras.
En México, hemos tomado lo mejor de los dos acercamientos de nuestros compañeros países pioneros y abordado el tema proponiendo una nueva Ley Fintech (La Ley de Tecnologías Finacieras) y posteriormente agregando a existentes leyes párrafos que le den dientes a esta nueva Ley. De ahí mi propuesta de llamar al acercamiento de nuestro país a las Tecnologías Financieras, como híbrido.
Para poner en perspectiva lo trascendente de la elección de cómo abordar este tema nuevo que, para muchos es un área de oportunidad única, utilizaré una analogía que para muchos sigue fresca por el turbulento final de la última temporada Juego de Tronos que tuvimos que sobrevivir en estos pasados meses.
Supongamos que los siete reinos de Westeros se convierten en 12 (doce) países, que hasta hace poco tiempo, solamente tenían analizadas las maneras en las que podrían hacer frente y contrarrestar conflictos de ejércitos de personas, caballos, catapultas y uno que otro gigante que se haya acoplado al pleito. Estos ejércitos son los vastos servicios financieros que existían bajo un esquema estable y controlado.
Pero el paradigma cambió cuando las Tecnologías Financieras dejaron de ser un rumor de tierras y tiempos lejanos e inhóspitos, como los Dragones de Daenerys Targaryen, y arribaron a nuestras vidas con el mismo impacto y estruendo que estas bestias míticas en la historia de los Siete Reinos.
Sabemos por haber observado los inolvidables capítulos de la temporada más reciente, que personajes como Cersei Lannister emitían una percepción de incredulidad a la existencia de dichos Dragones, pero aun así se prepararon con poca antelación creando armas con el fin de aplacar la fuerza de dichas bestias; algo parecido a los acercamientos reactivos, proactivos, o híbridos que los doce países.
No sobra mencionar que el objeto de este texto es encontrar al país que, junto con su acercamiento a este tema, logre no solo poner un alto a la disrupción de estas bestias o tecnologías, sino también usarlas para su propio beneficio y provecho… tal y como lo hizo el campeón olímpico de lanzamiento de jabalinas, The Night’s King, en “la trágica escena” en donde abunda el caos, fuego, destrucción… y pupilas azules.
El provecho del que hablo es el mismo que contemplan los 12 (doce) países, compuesto por: (i) certeza jurídica a los usuarios de servicios financieros, (ii) prevención de lavado de dinero, (iii) prevención de financiamiento al crimen organizado y/o terrorismo, y, (iv) el fomento y llegada de servicios financieros a personas que antes no tenían acceso al mismo.
El impacto y beneficios que un acercamiento óptimo y regulación íntegra Ley Fintech le pueden dar a sus usuarios, instituciones y regulares, podría representar una gran ventaja sobre sistemas financieros extranjeros que no suban a este tren visionario a tiempo.