Establecer (bien) tus metas: Clave para un proyecto exitoso

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Suena un poco obvio el decir que definir tus metas es muy importante. Lo hemos leído en muchas publicaciones, lo hemos aprendido en cursos de administración, y hasta los coaches de vida nos mencionan una y otra vez la importancia de tener metas. Es más, plantear propósitos de año nuevo es una de nuestras actividades favoritas, sin embargo, muy pocos sabemos cómo plantear las metas de manera correcta y cómo esto impacta positiva o negativamente en nuestro negocio.

Un interesante estudio realizado por la Dominican University en California nos da la respuesta de porqué tener una correcta estructura de objetivos nos proporciona mayores probabilidades de alcanzar estos.

El 70% de los participantes que definieron, establecieron y comunicaron avances de los objetivos de forma periódica alcanzaron sus metas, contra un 35% de aquellos que solamente los establecieron como mera formalidad pero los guardaron para sí mismos.

Para una empresa es vital contar con un planteamiento claro y formal de las metas y objetivos. Podemos tener metas planteadas a distintos niveles, por ejemplo, el objetivo general de la empresa o de alguna área o departamento, los cuales podrían ser genéricos y más orientados a la visión y misión de la organización, pero en el caso de los objetivos específicos de un proyecto, estos deben plantearse de forma perfectamente detallada, evitando siempre la generalización.

Es muy simple, si no tenemos objetivos claros y detallados no vamos a saber en dónde concentraremos nuestros esfuerzos, ni como líderes ni como equipo. Estaremos remando duro, sí, pero no sabemos hacia dónde.

Tener claro hacia dónde vamos facilita establecer prioridades y organizar el trabajo. Las empresas de bajo desempeño no le dan importancia a las metas y llegan a completar solo el 36% de sus proyectos. ¿Cuánto dinero y esfuerzo estás desperdiciando haciendo cosas que no son prioritarias?

Establecer (bien) las metas de mis proyectos ayuda a:

Mantener el enfoque de mi negocio.
Saber hacia dónde voy, qué quiero lograr y en cuánto tiempo. Cuando las organizaciones tienen metas bien definidas es más fácil establecer prioridades y que todos las entiendan y compartan. Evita perder el tiempo en cosas que no aportar valor prioritario y real.

Enfocarse en las tareas importantes es básico para tener un impacto real en los resultados. Las personas responsables de dirigir los esfuerzos dentro del negocio tienen en los objetivos una guía real que les ayuda a tomar decisiones y establecer estrategias de mediano y largo plazo.

Incrementa la cohesión y la motivación de los equipos de trabajo.
El tener bien claras las actividades que debe realizar cada quien es un elemento que da a los colaboradores una gran certeza y hace que trabajen más a gusto. La incertidumbre mata la productividad y es una enorme fuente de frustración.

Tener una máquina bien aceitada en donde todo mundo sabe lo que se quiere lograr y la parte de esfuerzo que le corresponde hacer, motiva al equipo.

Muchos de los objetivos del negocio no se alcanzan sino hasta que todos los empleados en todos los niveles trabajan coordinados para lograr lo establecido. En este sentido, la importancia de comunicar las metas es fundamental.

El trabajo en equipo tiene como componente clave el conocimiento compartido de lo que se quiere lograr, y entre más precisa sea esta comunicación, más probabilidades tendremos de lograr nuestras metas.

Todo mundo aporta más trabajo de mejor calidad
El valor de lo que la gente produce está directamente relacionado a qué tanto se está aportando para lograr la meta previamente definida. Cuando se invierte tiempo en realizar actividades no consideradas dentro de los objetivos del proyecto caemos en improductividad y no estamos generando valor real a nuestro proyecto.

Recuerda que hacer “muchas cosas” no significa que esté haciendo un buen trabajo, pero el realizar actividades que me acerquen a cumplir la meta planteada sí genera una productividad real.

Cuando el equipo de trabajo hace suyas las metas, las entiende y las comparte, adopta una mentalidad enfocada a trabajar para alcanzarlas, y evita el trabajo redundante que aporta muy poco.

Establecer métricas realistas.
Al momento de tomar decisiones, corremos el riesgo de hacerlo a ciegas o sin una referencia válida. Si tengo metas claras es más fácil dirigir y determinar si es necesario realizar correcciones o cambiar de rumbo.

De igual manera, el equipo tiene cómo medir su avance. Es importante tener una forma de dar seguimiento periódico a las actividades realizadas, ya sea mediante un reporte o mediante una junta de medición, pero estos avances deben medirse de acuerdo a las metas establecidas. De esta manera todos los que están involucrados en los proyectos se dan cuenta cuánto están aportando para el éxito del proyecto.

¿Cómo hago para definir bien las metas?

Existe un criterio de definición de metas ampliamente utilizado que se conoce como SMART (por sus siglas en inglés pero que adaptaremos al español). Estos criterios ayudan a guiarnos para ser más precisos en la redacción y cuantificación. Los componentes de SMART son:

eSpecífica – La meta debe estar redactada de forma clara, orientada a un tema específico, área de mejora o respondiendo a una necesidad específica.
Medible – Debe ser cuantificable, se debe poder medir su progreso.
Alcanzable – Debe ser realista, basada en recursos ya disponibles y tomando en cuenta las restricciones de nuestra condición actual.
Relevante –  La meta debe estar alineada con la estrategia global del negocio, así como con la misión de nuestro emprendimiento.
Limitada en Tiempo –  Se debe definir en cuánto tiempo quiero lograr la meta, o determinar una fecha límite.

No dejes de enviarnos tus dudas y comentarios a [email protected] o visita nuestra página solucionpm.com para conocer más del tema.

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