Cuando una empresa decide poner a las personas en el centro, se nota. Y si además lo hace con estructura, corazón y resultados, se vuelve un ejemplo a seguir. Así es el programa de voluntariado de Fundación MAPFRE.
Una cultura que se vive ayudando
En muchas organizaciones, el voluntariado corporativo es algo que se menciona en el discurso, pero pocas veces se ve en acción. En Fundación MAPFRE, ocurre todo lo contrario: el voluntariado es parte viva de la cultura empresarial.
Durante 2024, el programa de Voluntariado Corporativo de MAPFRE alcanzó sus mejores cifras desde su creación. Más de 7,800 personas empleadas decidieron donar su tiempo, talento y energía para ayudar a quienes más lo necesitan.
Esta red solidaria abarca 25 países y moviliza a miles de personas en actividades que van desde brigadas de salud hasta mentorías educativas y talleres de inclusión financiera. El programa demuestra que, cuando hay voluntad organizativa y propósito claro, el impacto puede escalar sin perder su sentido humano.
Resultados que hablan por sí mismos
Voluntariado no es solo una palabra bonita: es acción. Y en 2024, esas acciones se multiplicaron:
- 2,579 actividades realizadas a lo largo del año
- Más de 51,000 horas de servicio dedicadas a causas sociales
- Participación del 28% de la plantilla global
- Promedio de 7 actividades solidarias al día alrededor del mundo
Estos datos no solo reflejan un programa organizado y activo, sino también una comunidad empresarial comprometida con su entorno. Porque en MAPFRE, cada persona voluntaria es parte de una red que cree en construir un futuro más humano y justo.
México, ejemplo de compromiso y constancia
En el caso de México, 2024 fue un año especialmente significativo. Fundación MAPFRE México se colocó entre los tres países con mayor participación del programa global, obteniendo el tercer lugar en los Premios de Voluntariado MAPFRE 2024.
¿Qué logró México?
- 887 personas voluntarias, el 47% de su plantilla
- 258 actividades en todo el país
- Ratio de 2.7 actividades por persona voluntaria
Detrás de estos números hay cientos de historias de solidaridad: brigadas en comunidades en situación de vulnerabilidad, apoyo a la niñez en situación de riesgo, acompañamiento a personas mayores, educación vial, programas de seguridad infantil y muchas más.
Además, lo hacen con alegría, con entusiasmo y con un alto nivel de organización. Para muchas personas voluntarias, participar en estas actividades ha sido una forma de reconectarse con su propósito personal y profesional.
Casos que inspiran: de Brasil a Venezuela
El programa global también reconoció a otros países que destacaron por su nivel de participación y calidad de sus actividades:
- Brasil ganó el primer lugar con 1,186 personas voluntarias y un promedio de 2.6 actividades por persona.
- Puerto Rico se quedó con el segundo lugar con un sorprendente 65% de participación de su plantilla.
- Venezuela recibió un premio especial por su enfoque en voluntariado basado en competencias, con 27 actividades que aprovecharon la experiencia profesional de sus participantes para lograr un mayor impacto.
Este último modelo de voluntariado —el que se basa en habilidades profesionales— está ganando terreno como una forma efectiva de generar cambios profundos en comunidades, especialmente cuando se combinan capacidades técnicas con sensibilidad social.
¿Por qué importa todo esto?
Porque demuestra que una fundación empresarial puede ir mucho más allá de donar recursos: puede activar su talento interno para ser parte activa del cambio social. Y eso cambia la cultura, la percepción y, sobre todo, los resultados.
En MAPFRE, el voluntariado no es un accesorio. Es un reflejo de quiénes son como organización. Una empresa que se toma en serio su papel en la sociedad, que activa a su gente y que deja huella no solo en sus balances financieros, sino en la vida de miles de personas.
El impacto se construye en comunidad
En un mundo donde la empatía y la acción colectiva son más necesarias que nunca, el ejemplo de Fundación MAPFRE es claro: cuando las personas se mueven con propósito, se transforma la realidad.
Cada actividad, cada hora donada y cada sonrisa compartida son parte de una comunidad global que demuestra que sí se puede hacer empresa con valores. Y que sí se puede inspirar a más organizaciones a activar su propio músculo solidario.
¿Y tú, ya pensaste cómo podría tu empresa activar un programa de voluntariado con propósito?
Si formas parte de una fundación, empresa o colectivo interesado en desarrollar un programa de voluntariado sólido y con resultados reales, acércate a conocer más del modelo de Fundación MAPFRE. Porque hoy más que nunca, ayudar también es parte de hacer empresa.