Estrategias empresariales para un futuro sostenible

Facebook
Twitter
WhatsApp
Telegram
LinkedIn

Nos encontramos en un punto crítico marcado por desafíos sin precedentes.

La lenta recuperación tras EL COVID-19, el agravamiento de la crisis climática y las múltiples guerras alrededor del mundo, han generado impactos profundos en el suministro de alimentos, la economía y la seguridad. Estas crisis han profundizado las divisiones geopolíticas, debilitando la solidaridad global.

En este panorama de crisis interconectadas, la sostenibilidad se ha convertido en un objetivo común que requiere la acción coordinada de gobiernos, organizaciones internacionales, empresas, sociedad civil y ciudadanos.

Cada actor tiene un papel único y un poder significativo para influir en el cambio. Los gobiernos pueden crear políticas que impulsen economías verdes, las organizaciones internacionales pueden facilitar la cooperación global, y la sociedad civil tiene la capacidad de movilizarse y presionar por cambios sistémicos. Solo mediante esfuerzos colectivos y colaborativos podremos avanzar hacia un futuro más sostenible y justo para todos.

El rol de las empresas para la sostenibilidad

Las empresas juegan un papel crucial en la creación de un futuro más sostenible. Más allá de ser generadoras de riqueza, tienen la capacidad de impulsar soluciones que aborden estos desafíos sistémicos.  Al integrar principios de sostenibilidad en sus modelos de negocio, pueden contribuir significativamente a la reducción de su impacto ambiental, fortalecer cadenas de suministro resilientes y fomentar la inclusión social.

El sector privado, por tanto, no solo debe adaptarse, sino liderar la transición hacia un desarrollo sostenible y equitativo. Es por eso que me dio mucho gusto participar en el encuentro anual  de Pacto Global de la ONU – Red México, una iniciativa de United Nations en la que reúne a grandes empresas multinacionales para trabajar y comprometerse en conjunto a alcanzar las metas globales de la Agenda 2030.

En este encuentro, tuve la oportunidad de platicar con 3 de los muchos expertos que asistieron: Claire Baumann , Directora de Finanzas Sostenibles de Pacto Global Naciones Unidas, con quien nos enfocamos en cómo las finanzas pueden ser una herramienta para la sostenibilidad; Daniel Aronson, autor del libro “The Value of Values” y CEO de Valutus , quien nos enseñó cómo se puede medir el impacto de nuestra empresa a través de 4 categorías; y finalmente con Thomas Kolster, experto en marketing y sostenibilidad, CEO y autor del libro Goodvertising Agency .

y te quiero compartir fragmentos de estas conversaciones con

Más allá de la buena voluntad

La sostenibilidad ya no es solo un ideal altruista, sino un enfoque estratégico de negocio. Claire Baumann, Directora de Finanzas Sostenibles en Pacto Global, destacó la importancia de establecer una visión a largo plazo que no solo abra corazones y mentes, sino que también demuestre que la sostenibilidad puede generar ganancias.

A través del Pacto Global de las Naciones Unidas, se ha formado una coalición con CFOs de grandes empresas para recopilar datos, realizar comparaciones de mercado y ayudar a las compañías a alinear sus operaciones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esta colaboración se vuelve crítica en un contexto donde se proyecta una inversión de 500 mil millones de dólares para 2025, dirigida a iniciativas sostenibles.

Baumann subrayó que existe una cadena de valor interconectada en la que tanto empresas como inversionistas deben responder de manera colaborativa. Los inversionistas, cada vez más conscientes de la crisis climática, exigen a las empresas con las que trabajan que implementen estrategias sostenibles. Ya no basta con la buena voluntad; se busca un compromiso real que se refleje en indicadores tangibles y en una fuerza laboral comprometida con la sostenibilidad.

La diferencia entre las «empresas verdes» y las «empresas marrones» es más clara que nunca, y aquellas que logran integrar la sostenibilidad en su modelo de negocio tienen mayores oportunidades de generar ganancias. En un mundo donde los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) son cada vez más relevantes, la sostenibilidad es una ventaja competitiva y una responsabilidad compartida.

El desafío de medir el impacto real

Para que las empresas realmente puedan invertir sus recursos en sostenibilidad, es crucial que el impacto deje de ser una noción abstracta. Actualmente, menos del 10% del valor de las acciones refleja el impacto real de las iniciativas sostenibles, lo que limita la inversión empresarial en este ámbito. La clave radica en cómo las empresas miden y reportan su impacto, tanto en sus reportes financieros como en sus estados de resultados.

Daniel Aronson es un innovador en este campo, pues desarrolló método para medir el impacto de manera más precisa, avalado por el MIT. «The value of values», implica una serie de pasos estructurados que buscan hacer tangible y cuantificable el valor generado por la sostenibilidad en las operaciones empresariales, el cual el llama «valor sumergido».

Los beneficios de una medición precisa del impacto son múltiples. Por un lado, los clientes muestran una preferencia creciente por productos más sostenibles, lo que puede incrementar la demanda y mejorar la competitividad de las empresas. Además, la sostenibilidad no solo reduce riesgos ambientales y de seguridad, sino que también responde a los desafíos de la política pública. A nivel interno, los empleados tienden a sentirse más comprometidos cuando trabajan en empresas que priorizan el bienestar del planeta y de las personas.

Además, Daniel destaca un concepto que me parece interesantísimo: existen tres «carreras simultáneas» en este camino hacia la sostenibilidad. Las empresas deben generar beneficios no solo para el mundo y sus habitantes, sino también para lograr éxito en el mercado y, en última instancia, asegurar el bienestar de sus empleados y líderes. El éxito en estas tres dimensiones es lo que permitirá que la sostenibilidad sea parte integral y rentable del negocio.

Cambiar la perspectiva de las empresas

La transición del «greenwashing» al impacto real es un reto crucial para las empresas en la actualidad. Thomas Kolster, experto en marketing y sostenibilidad y autor del libro Goodvertising, nos menciona que muchas han caído en la «trampa del héroe», prometiendo cambiar el mundo con iniciativas que, al final del día, no logran cumplir, es importante ser cuidadosas al comprometerse con algo tangible y alcanzable, en lugar de aspirar a promesas grandiosas que no están dentro de los límites de sus actividades.

La conciencia pública sobre las acciones medioambientales ha aumentado considerablemente, y hoy en día, la gente cuestiona más si las promesas de las empresas son genuinas o si se trata simplemente de greenwashing. Sin embargo, como señala Thomas, en algunos países de Europa la conversación sobre sostenibilidad es más avanzada, mientras que en México estas narrativas aún generan amor y fidelidad hacia las marcas. Esto incentiva a algunas empresas a continuar utilizando estrategias que promueven su crecimiento, aun cuando no siempre se traduce en impacto ambiental real.

Thomas propone una estrategia diferente con su método «The Arrow». En este enfoque, la pregunta clave es: ¿cómo pueden las empresas ayudar a las personas en su camino hacia la sostenibilidad? Más que salvar el mundo, el objetivo es ofrecer soluciones concretas que resuelvan los problemas de las personas. Esto crea una relación más auténtica y efectiva con los consumidores, alineando la sostenibilidad con las verdaderas capacidades y productos de la empresa.

La innovación en este ámbito desbloquea nuevas posibilidades, permitiendo a las empresas diferenciarse no solo a través de la narrativa, sino también a través de la entrega de valor real. Enfocarse en cómo ayudar a los consumidores a tomar decisiones sostenibles, en lugar de simplemente prometer cambios inalcanzables, es el camino hacia la confianza y la acción efectiva en temas de sostenibilidad.

¿Qué tipo de liderazgos necesitamos?

El tipo de liderazgo que el mundo necesita hoy no es aquel que busca el brillo individual, sino uno enfocado en empoderar a los demás. Para Thomas, los mejores líderes son aquellos que te inspiran y te ayudan a lograr cosas increíbles, guiándote hacia metas significativas.

Las marcas, al igual que los líderes, tienen el poder de ser facilitadoras del cambio. Aquellas que realmente destacan son las que reducen la fricción y eliminan las barreras hacia la sostenibilidad, ayudando a construir el futuro que todos queremos ver.

En lugar de señalar o dividir, es hora de practicar una empatía profunda que incluya a todos, desde los agricultores hasta las empresas mineras, e incluso a los negacionistas climáticos. El enfoque debe estar en cómo podemos empoderar a las personas, dándoles las herramientas y habilidades que necesitan para ser parte del cambio.

Así, avanzaremos hacia una sostenibilidad real e inclusiva, donde cada acción y liderazgo estén alineados con un propósito más grande.

¡Espero que estas reflexiones te hayan aportado valor!

Shopping Basket