Tanto en teoría como en la práctica, el emprendimiento social no solo busca el éxito económico, sino también un profundo impacto positivo en la vida de las personas.
Javier Lozano Garza, es uno de los principales referentes de este sector en México, que ha destacado a lo largo de 10 años, casi los mismos de Disruptivo, por su modelo innovador y su compromiso para brindar salud a las comunidades más rezagadas.
Tras una década de arduo trabajo, finalmente podemos conocer y compartir la historia detrás de su proyecto: Clínicas del Azúcar.
Liderando el cambio: Clínicas del Azúcar y su impacto en la salud pública
En un país donde la diabetes es una de las principales causas de muerte, incluso contribuyendo al suicidio, Clínicas del Azúcar se ha convertido en un faro de esperanza para quienes más lo necesitan.
Esta iniciativa ofrece servicios de atención para la diabetes a personas de escasos recursos en varios estados de México, facilitando el acceso a un tratamiento integral y asequible. Algunos de sus principales beneficiarios son pepenadores y personas de la tercera edad, quienes a través de una membresía pueden pagar de manera accesible por los servicios que reciben.
Javier nos comparte su experiencia y reflexiona sobre la importancia de mantener la sostenibilidad y el compromiso con la misión social. Te comparto aquí 3 principales aprendizajes de esta charla.
1. Casarte con la misión y crear una visión sostenible
Los emprendedores sociales a menudo enfrentan momentos de duda sobre el alcance de su impacto y el éxito de sus iniciativas, lo que puede generar incertidumbre. Sin embargo, la pasión por el cambio social sigue siendo un motor esencial para superar estos desafíos.
Javier es un emprendedor profundamente comprometido con su misión, su enfoque es meticuloso y planificado, dividiendo su estrategia en periodos de tres años y luego en ciclos anuales. Desde el inicio, se centró en recaudar capital para probar los supuestos críticos de su modelo, como la efectividad de las membresías y la disposición de los beneficiarios a involucrarse y cubrir los costos.
Lo que me parece realmente inspirador es cómo Javier aborda el emprendimiento de manera distinta a la narrativa común de «todo o nada». En lugar de apresurarse, opta por un crecimiento orgánico pero estratégico, evaluando periódicamente qué ha funcionado y qué necesita ajustarse antes de avanzar al siguiente paso.
Este enfoque no solo refuerza la sostenibilidad del proyecto, sino que también garantiza que la misión se mantenga en el centro de cada decisión, evitando problemas éticos y asegurar un impacto social positivo.
2. Espacios inspiradores como catalizadores de impacto
El crecimiento de una empresa social conlleva retos significativos, desde encontrar el equilibrio entre generar ingresos y cumplir con el propósito, hasta el estrés que surge de expectativas poco realistas que nos imponemos a nosotros mismos.
Yo siempre he dicho que es fundamental superar la arrogancia y aceptar la necesidad de apoyo y colaboración para crecer y ofrecer valor. Debemos conectar con quienes pueden ayudarnos en nuestros proyectos, existen redes como Ashoka México, Centroamérica y El Caribe, con quien Javier logró conectar perfectamente.
También nos invita a identificar espacios inspiradores para catalizar el impacto. Para él, dos componentes fundamentales son la educación y las relaciones, ya que los conocimientos y habilidades que adquirimos nos preparan para enfrentar los retos que se avecinan, y nos conectan con una comunidad más amplia donde las ideas pueden florecer.
3. Educar la generosidad como fuente de felicidad
La generosidad es una pieza clave en la búsqueda de la felicidad humana; al dar, experimentamos una satisfacción profunda y duradera. Javier nos recuerda en la conversación, que los actos de generosidad no solo enriquecen a quien da, sino que también fortalecen a la comunidad en su conjunto.
El emprendimiento social nos está recordando la importancia de la generosidad, pero no como un acto aislado de voluntariado ocasional, sino como un valor intrínseco en nuestras acciones cotidianas.
Para Javier, el cuidado que una madre brinda a su hijo enfermo es tan valioso y significativo como cualquier otra labor social. Es en estos actos diarios, muchas veces invisibles, donde reside la verdadera esencia de la generosidad.
¿Cómo superar los retos del emprendimiento social?
Javier nos compartió una estadística interesante: incluso los líderes más exitosos solo aciertan en 6 de cada 10 decisiones que toman, lo que subraya la importancia de aprender a pedir consejos y apoyarse en la experiencia de otros.
En el camino del liderazgo y el emprendimiento, hay acciones que no se realizan por dinero, sino por pura vocación. Es esa pasión por lo que hacemos lo que nos impulsa a avanzar, a retarnos constantemente en nuestras responsabilidades, sin caer en la trampa de compararnos con otros, ni sentirnos menos, ni creernos más.
Para reducir el estrés, es esencial ajustar nuestras expectativas y mantener una perspectiva realista. Al final, lo que verdaderamente importa es cómo logramos agregar valor, tanto a nuestras vidas como a las de quienes nos rodean.
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