#HistoriasDeChamba: Mi primera entrevista de trabajo.

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Mientras estudiaba el 4to semestre en la Ibero, me invitaron a participar en el proceso de contratación de becarios de Procter and Gamble. 

Lo primero fue un examen, yo era el único de 4to semestre, todos iban en sexto, pero aún así me fue bien. Me llamaron para el siguiente paso: una entrevista con el equipo de Recursos Humanos.

Era mi primera entrevista en la vida (llevaba año y medio trabajando en Ibero 90.9, pero ahí nunca me entrevistaron), y la verdad estaba bastante nervioso.

Llegó el día de la entrevista, un miércoles me acuerdo perfecto. 

La entrevista era a las 3 de la tarde, pero yo salía de mi casa desde las 6am para clase de 7am, así que decidí irme vestido normal (jeans y t-shirt), y llevarme el traje por separado para cambiarme en la universidad: así que antes de salir, agarré un poco entre oscuridad mi único traje, un saco y pantalón negro.

Después de mis clases, a las 2pm, fui por mi traje y entré a los baños de la Ibero para cambiarme cuando ¡Oh Sorpresa! había agarrado el pantalón incorrecto, era el pantalón original del traje que me habían hecho 2 años antes, y era 2 o 3 tallas menos de lo que usaba ahora. ¡No había forma de que me entrara!

Nunca me había puesto un pantalón tan apretado en mi vida, incluso tuve que acostarme en el lavabo para que pudiera cerrar. Finalmente lo logré y me dirigí a las oficinas de P&G para mi primera entrevista, mientras que el pantalón me cortaba la circulación de la sangre en la cintura.

Agrégale al nervio natural de la entrevista, el nervio de que a media entrevista se me reventara el pantalón frente al Gerente de Recursos Humanos jajaja. No pude concentrarme en todo el tiempo que estuve ahí….

Al final no me fue mal, de hecho, al terminar me dio mucha risa e incluso acabé contándole al entrevistador lo que me había pasado y también se rió (no sé si conmigo o de mí, pero en fin).

Por su puesto que corrí a mi coche y en cuanto me subí me desabroché el pantalón y pensé.. «si este cuate me marca para que vuelva a entrar, tendré que hacerlo con los pantalones desabrochados, no hay forma de que los vuelva a cerrar.»

Al final me volvieron a llamar a la siguiente entrevista, y de hecho me ofrecieron la chamba, aunque decidí no tomarla, pero esa es una historia para otro día…

No sé si hay una moraleja, quizá te diría que cuando tengas alguna entrevista importante, asegúrate de tener pantalones cómodos….

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