La escuela de los más vulnerables en India
En 2012 se publica en el diario local de Delhi, que en un barrio llamado Motia Khan tres hombres habían violado a una niña de cinco años y la habían tirado debajo de un puente pensando que estaba muerta. En India este tipo de noticias son recurrentes y ser mujer tiene una larga lista de desventajas.
Agostina Di Stefano se conmocionó tanto con esta noticia, que decidió abrir una escuela para ayudar a niños, niñas y mujeres vulnerables. Es así como nace Motia Khan School y fue tanta la demanda por ingresar a esta escuela que la habitación que tenían en el refugio pronto les quedó pequeña y tuvieron que mudarse a un departamento. Hoy son 130 alumnos inscritos.
Los niños aprenden, reciben dos comidas nutritivas al día, medicamentos y atención médica.
De la misma manera, mujeres que se acercan a la escuela tienen la oportunidad de aprender en ella a coser y así poder conseguir un empleo en Motia Khan. Para algunas mujeres, está es la primera vez en su vida que pueden tener un trabajo donde son respetadas, apreciadas y ganan un sueldo digno.
¿India no tiene escuelas?
La respuesta es sí, pero para poder acceder a la educación pública hindú, es necesario tener cierto nivel académico. Los niños y niñas que acuden a Motia Khan School son muy pobres, a veces viven en las calles, y no saben leer, ni escribir.
Mothia Khan les prepara para que puedan asistir a las escuelas públicas, además les brinda un espacio de recreación para practicar danza y yoga, y de esta forma pueden ser atendidas sus problemáticas familiares.
Esta escuela se convierte en el nexo que une a comunidades marginadas con los servicios que el estado pone a disposición de la población, pero a los que por diversas razones antes no podían acceder, como es el caso de hospitales públicos o privados.
Sultana es un ejemplo de esto, ella es una niña de nueve años que junto con sus siete hermanos asisten a Motia Khan de lunes a sábado. De bebé se cayó y se fracturó una pierna, sus padres la llevaron al hospital donde la atendieron, pero el hueso nunca soldó correctamente. Con el tiempo la llevaron a más hospitales e incluso la operaron, pero nunca consiguieron corregir su pierna, lo que derivó en una pseudoartrosis que hoy en día le causa dolor y le dificulta caminar.
En 2018 la preocupación de Agostina era que dejara de caminar, pero gracias a los donativos de los tíos Motia Khan se pudo someter a otra operación: le colocaron un fijador externo ilizarov, el cual le permitirá a su hueso ganar unos 15 centímetros.
Hoy la pierna de Sultana se encuentra mejor, su hueso se enderezó bastante y en unos meses le retirarán el yeso. Motia Khan School por su lado continúa con su gran labor.